Cuando Kliver Gómez ingresó a la cancha del estadio Miguel ‘Lito’ Pérez, rememoró los consejos de sus padres y los duros momentos de su infancia, cuando vendía mangos y mamones en las calles de la barriada Fray Casiano de Madrid, en Puntarenas.
La ilusión de niño de vestirse con la camiseta del Deportivo Saprissa se concretó hace apenas una semana. Mientras caminaba en medio del terreno de juego, solo, hacia el banquillo de los visitantes, los aplausos y gritos de la gente lo devolvieron a la realidad. Levantó la mano y saludó a la afición porteña.
Con la camiseta del Puntarenas FC, logró el sueño de debutar en la Primera División. En poco más de un año, su esfuerzo y pundonor en la cancha lo llevaron a enfundarse los colores morado y blanco del club que considera el más grande del país y Centroamérica.
Kliver, también conocido como “El Perro,” se mentalizaba para pelear cada balón en la cancha y cada pelota a muerte, como un perro de traba. A pesar de esto, el domingo parecía un dócil cachorro en el terreno de juego, del Lito Pérez, disfrutando del momento y recibiendo el apoyo de los aficionados porteños. Lejos de silbarlo, lo aplaudieron como un ídolo y ejemplo de superación.
El lateral ingresó en el minuto 64 en sustitución de Ariel Rodríguez y cada duelo que ganó fue celebrado por los seguidores puntarenenses, quienes no dejaron de alentarlo a pesar de que vestía los colores del equipo contrario, el que goleaba al Puntarenas FC y terminó ganando 2-4.
Cumplir tres deseos
Al concluir el compromiso, tanto los medios de comunicación como los aficionados siguieron a Kliver, quien con paciencia atendió a la prensa, dio entrevistas y finalmente saludó a su gente y firmó autógrafos, mientras algunos “vivillos” le pedían la camiseta insistentemente en medio del bullicio.
“Es un privilegio volver a casa, porque es mi casa, la verdad. Darle gracias a la afición, que cuando entré me aplaudieron y sentí ese apoyo. Ahorita estoy con Saprissa, el equipo más grande de Costa Rica, de Centroamérica y los minutos que me dé el profe Vladimir (Quesada) los voy a aprovechar al máximo”, expresó Gómez al finalizar el compromiso.
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Sus ojos claros brillaron de orgullo cuando habló del Saprissa y admitió que estaba seguro de que la afición no le reprocharía con insultos el haber cambiado de club.
“Vine tranquilo, porque sé que es una afición agradecida. Desde que entré me apoyaron, sentí esa buena vibra y la verdad, soy un porteño más. En Saprissa hay un buen camerino. Los compañeros desde que llegué me respaldaron y creo que esa es la confianza que todos me dan. Me siento uno más y espero aportar todo lo que pueda”, expresó.
Kliver confiesa tener tres deseos, los cuales rondan en su cabeza y espera hacerlos realidad, aunque sabe que antes deberá sacrificarse y poner todo su empeño en beneficio de la institución.
“Aspiro a ser titular. Sé que tengo que sacrificarme y darlo todo. En este momento, el titular es Jefry (Valverde) y lo felicito y animo a seguir igual, pero yo voy a darlo todo por mi oportunidad. También deseo salir al extranjero y comprarle una casa a mi mamá. Son las metas que me he propuesto. No son fáciles y hay que trabajar duro para alcanzarlas, pero tampoco son imposibles”.
El porteño que tomó rumbo al Saprissa, como otros exídolos de la afición naranja como Leoni Flores y Johnny Murillo, que dieron el paso desde el hoy extinto Municipal Puntarenas, no ocultó que siempre fue un deseo de niño tomar ese camino.
“Era un sueño desde niño jugar en el Saprissa. Todos saben el valor que tiene. Es un equipo que siempre pelea por títulos y vamos por el tricampeonato, de eso no tengo duda. Me siento muy contento, porque este es un gran paso. Le doy las gracias al profe y a los compañeros. En cada entrenamiento, en cada partido me apoyan de la mejor manera y espero aportar muchas cosas”, exclamó.