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Kurt Morsink hace dos años era un nombre poco escuchado en el fútbol costarricense; cuando se le mencionaba venía a la mente el recuerdo de un jugador tico que estuvo en el D.C. United y el Kansas City, sin embargo no había mayor rastro e información.
Sin embargo, desde el 2016, año en el que Morsink se convirtió en agente de jugadores, en cada ventana de transferencias su apellido aparece en los medios de comunicación; contratos de jugadores vienen y van por sus manos.
Su principal mercado es la MLS; ahí llevó a David Guzmán, Roy Miller, José Leitón, José Guillermo Ortiz, Francisco Calvo y recientemente a Ulises Segura y Julio Cascante. También, él se encargó de asesorar a Johan Venegas en su polémico fichaje con el Deportivo Saprissa.
Ya hace un año también formó parte de un fichaje lleno de morbo, cuando José Guillermo Ortiz firmó con Herediano previo a su aventura en la MLS, curiosamente al igual que con Venegas, la Liga Deportiva Alajuelense salió afectada por este movimiento.
Describe su misión como la oportunidad de ayudar al jugador, es claro en que su misión es buscarle la mayor cantidad de dinero a su cliente, además aportándole calidad deportiva a las diferentes hojas de vida.
"En el mundo de los agentes viene gente que no tiene buena honestidad, hay muchos mentirosos, yo cuando fui jugador lo viví, cuando uno habla con un jugador soy honesto, quiero que el jugador gane plata y que tenga una gran carrera. Yo no le correspondo a ningún club, mi responsabilidad es velar por mi jugador", explicó.
Morsink profundizó que por cosas del fútbol le ha tocado estar, dos veces, en negociaciones en las que Alajuelense no sale beneficiada, no obstante aclara que no es antiliguista.
Kurt reveló que de hecho su primer uniforme, en divisiones menores, fue el rojinegro, por lo que lo une un gran cariño.
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"Desde los cinco años y hasta los 16 estuve en la Liga, pero mi trabajo es el interés de los jugadores, yo me mato por mis jugadores. Si una relación mía con un club se daña por un jugador no me importa, si la gente quiere echarme la culpa a mí pues perfecto, pero que se enojen conmigo, no con el jugador. Esto es fútbol, mi preocupación son los jugadores", mencionó.
Normalmente trabaja solo y acepta que no tiene relación con muchos de los asesores de jugadores que hay en el país.
Con un español claro, pero un acento estadounidense marcado, en varias ocasiones durante la conversación menciona: "soy el mejor" y considera que por esa razón no necesita la ayuda de los demás.
"No ocupo llevarme con un agente de acá, yo soy el mejor, sé que estoy comenzando, apenas tengo dos años trabajando en esto. Respeto a grandes figuras y lo que han hecho, pero yo prefiero no tener relación con nadie. Otros asesores locales para mí son agentes de nivel muy bajo, nosotros somos la mejor empresa", insistió.
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Personas que han trabajado con él, pero prefirieron no revelar su nombre, lo consideran de carácter fuerte, en ocasiones habla con tono dominante y es un agente que impone sus reglas.
Morsink no esconde la realidad.
"Toda situación es diferente, a veces toca enojarse, eso depende de cada situación, a veces toca, a veces no", señaló sin explicar mucho.
Menos atención le genera lo que dice la gente sobre él.
"Cuando yo estoy peleando por la vida de mis jugadores, peleo por ellos, lo que menos pienso es lo que va a decir la gente, yo solo quiero dormir tranquilo", concluyó.
Este es Kurt Morsink Ramos, quien tiene 33 años. Él es el agente que por segunda Navidad consecutiva pone a la Liga de cabeza.
