Rashir Parkins no registra ninguna nota roja en su último año de colegio en el Deportivo de Limón, donde asiste cada vez que los entrenamientos con la Selección Sub-20 o Limón FC se lo permiten.
El tiempo de este joven de 17 años se divide entre dos actividades: sus estudios y el fútbol. Y en sus palabras no encuentra justificación para quedar debiendo en alguna de las dos.
La vida del único menor de edad que ha sumado minutos en el Apertura 2018 está lejos de las fiestas de quinto año o las mejengas con los amigos.
Si las clases son en la mañana, cuando terminan se va a su casa, come, descansa, hace tareas y entrena con los caribeños. Pero si el horario del colegio es por la tarde, debe salir antes para llegar a la práctica.
Todo eso mientras no esté entrenando con la Selección Sub-20 en el Proyecto Gol, donde asiste normalmente de lunes a miércoles.
Cuando eso sucede, se va de Limón en bus el domingo y duerme donde un amigo. Al día siguiente se pone a las órdenes de Breansse Camacho durante tres días.
Para su suerte, en el colegio le dan los permisos para ausentarse y luego ponerse al día con la materia.
"Me he tenido que esforzar más y dejar a los amigos de un lado. Ahora ellos no dicen nada, están acostumbrados, pero antes me vacilaban diciendo que no podía hacer nada y que era un amargado", comentó este vecino de Pacuare Viejo.
Mucha 'culpa' de esa disciplina la tienen su mamá y su abuela. Con esta última ha vivido muchos años y asegura que fue muy estricta y lo cuidaba mucho.
"No me dejaba salir y me ayudaba a estar enfocado en el estudio y en el fútbol", agregó.
Como muchos jóvenes ticos, quiere vivir del balompié. Por ahora no recibe un salario por jugar, aunque Limón le ayuda en viáticos, incluso cuando va a la Tricolor.
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Sin siquiera tener cédula, ya da pasos firmes del sueño que empezó a imaginar cuando tenía 11 años y salía a la cancha de la mano de los jugadores.
"Sabía que en algún momento podía estar ahí", recuerda.
Desde noviembre pasado está en el primer equipo, debutó en la máxima categoría en el Clausura 2018 y en enero fue llamado al proceso Sub-20.
Su meta ahora es tener más participación en este certamen y consolidarse con la Tricolor para ser tomado en cuenta en el Premundial de noviembre.
Recientemente probó el trago amargo de quedar fuera de un Centroamericano amistoso que disputa actualmente el equipo.
“El profesor habló conmigo y me dijo que estaba joven y que tuviera paciencia”, mencionó el futbolista de perfil zurdo.
En mayo quedó campeón de otro torneo que fogueó al grupo, en isla Guadalupe, tercer país que conoce gracias al fútbol. Anteriormente estuvo en la final de la Copa América 2015, por haber ganado un campeonato nacional con el colegio; después viajó a Estados Unidos, también en representación de su provincia.
Rashir Parkins es un adolescente tímido, de pocas palabras, pero cuando se trata de jugar fútbol todo fluye mejor, como sucede en este momento con Limón FC.
"Me siento con mucha confianza en el equipo, acoplado al grupo y siempre queriendo dar más", añadió.
Su técnico, Horacio Esquivel, asegura que desde hace muchos años le llamó la atención, al ser un jugador con buen biotipo y manejo de balón.
“Es un volante mixto que marca bien y sabe servir el balón, tiene mucho futuro y toda mi confianza. No ha jugado más en Primera porque ha estado en la selección, pero es uno de los jugadores del futuro”, comentó.