San Ramón. Sangre fría, reacción felina, colocación y eficiencia.
Keylor Navas fue lince y figura. El guardameta saprissista emergió ayer como la pieza más destacada del 0 a 0 entre Ramonense y Saprissa.
En el debut del Verano, los dos equipos se propusieron dar buen espectáculo. Sin embargo, a la hora de la verdad les tocó lidiar contra el rival y la brisa, porque el viento fue protagonista.
Era imposible bajar la pelota y ponerla a transitar, según las líneas del guión previamente trazado por los estrategas. Ramonense lo intentó en el primer lapso, pero equivocó el rumbo.
Saprissa hizo lo propio en el segundo capítulo, mas tampoco consiguió inquietar al portero poeta, Neighel Drummond, a pesar de la ejecución frecuente de los tiros de esquina, globos sin destino, al fin de cuentas.
Cartas sobre la mesa. Javier Delgado depositó en el talento de Jorge Davis la misión de presionar a Walter Centeno. También encargó a Davis la función de armador.
En los primeros minutos, con el viento a su favor, Davis consiguió lanzar varios balones propicios, sobre todo a los costados, por donde el equipo Ramonense intentó abrir camino.
La sangre fría de Keylor Navas impidió el primer intento. A dos tiempos, el guardameta tibaseño repelió en forma espectacular sendos disparos de Ignacio Quesada y de Ariel Santana, al 9’.
La respuesta de los visitantes no se hizo esperar. Walter Centeno inició con denuedo su intención de librarse de la presión de Davis, en primera instancia, para construir después.
La ocasión de oro para Saprissa se suscitó al 37’. El Paté abrió con un pase largo. Recibió Josué Martínez sobre el costado izquierdo, levantó el centro y Jairo Arrieta estrelló la esfera en el palo largo.
En apariencia, era fácil para Arrieta embocar el balón en la red; sin embargo, más que un posible error del delantero, en realidad fue la suerte la que se alió con los poetas, pues el salto de Arrieta y su remate, fueron espectaculares.
Tras una nueva intervención meritoria de Navas ante un obús de Jorge Davis, el cronómetro marcó la conclusión de la primera etapa.
En la parte complementaria, con el viento a favor, Saprissa planteó nuevas y renovadas opciones en las cercanías del arquero local, Neighel Drummond.
Al promediar esta fase, los morados cobraron cuatro o cinco tiros de esquina en forma consecutiva.
En lo que se refiere bajar la pelota al piso, los pupilos de Roy Myers tuvieron mejor suceso que sus rivales en el primer tiempo. Sin embargo, la presión de los visitantes no surtió efecto en los cordeles.
Más bien, el elenco local volvió a frecuentar la zona represiva de Saprissa, donde la dupla que formaron Víctor Cordero y José Mena, comenzó a dar réditos.
Al final, cero a cero, la expresión sin pólvora de un debut decoroso, por la inversión de sudor colectivo.
Habrá que esperar un mayor rodaje en este certamen, para lanzar mejores criterios en torno a las posibles virtudes de los morados...
Y la estirpe de los poetas.