Corrían los últimos minutos del partido entre Saprissa y San Carlos, el Saprissa caía 1-0 ante San Carlos y, debido a las bajas del equipo, Wálter Centeno tuvo que echar mano de un muchacho de solo 15 años de edad: Fabricio Alemán, delantero e hijo del exsaprissista Allan Alemán, que se convirtió en el jugador más joven en debutar en Primera División en los últimos 40 años.
“El equipo me ha apoyado en todos los sentidos, uno joven a veces se pone nervioso, pero ellos me ayudan cuando ando mal y cuando no ando claro. Gracias al profesor por la confianza, porque a estas edades todo es bueno para echar al saco; gracias a Wálter (Centeno) por la oportunidad”, declaró recién superado su debut con la morada.
El joven delantero, además de jugar con Saprissa, cursa el décimo año de colegio en el Centro de Formación Integral Saprissa, pues tiene claro que debe concluir sus estudios.
El futbolista reveló cómo fueron sus inicios en el fútbol, en el que, aclara, empezó por decisión propia y no por presión de su padre.
“Empecé como a los siete años en la escuela de fútbol de Saprissa en Coronado. El visor Enrique Díaz me llevó a la élite. Hasta los ocho o nueve años estuve ahí y ahora gracias a Dios quedé campeón con la Sub-17, fui goleador con ocho goles y me ascendieron. Pasé por todos los procesos de Sub-11, Sub-13 y Sub-15 con Carlos Santana”, mencionó.
En todo su proceso, Alemán fue dirigido por Enrique Díaz, Enrique Rivers, Carlos Santana y, su primer entrenador en la escuela de fútbol, Esteban Navarro.
El jugador está entrenando con el primer equipo tibaseño; la categoría Sub-17 no ha iniciado campeonato, pero aún no sabe si se mantendrá en el plantel de honor o disputará el torneo con las divisiones inferiores.
Fabricio reconoce la huella que dejó su padre en la institución, sin embargo, deja claro que quiere escribir su historia y se desmarca de las comparaciones con su progenitor.
“Yo sé que mucha gente dice que es por argolla, sé que mi papá hizo historia, pero eso es punto y aparte. Él es él, yo soy yo. Él me dice que no me agrande y que tenga los pies en la tierra”.
Sobre su papel en el partido, el jugador mencionó cuáles fueron las indicaciones de Wálter Centeno antes de hacerlo ingresar al campo en reemplazo de Jonathan Martínez, en el minuto 82.
“Me dijo que lo diera todo, que no diera ninguna bola por perdida y que corriera todos los minutos, porque tenía que aprovechar la oportunidad. No es normal debutar a esta edad, entonces me dijo que estuviera tranquilo y que hiciera lo mío. No me imaginé debutar con Saprissa a esta edad”, dijo.
Él no es el único de su familia que sigue los pasos de su padre, pues tiene dos hermanos de 13 y 8 años de edad que practican este deporte, pero lo hacen en Uruguay de Coronado.
Alexánder Robinson, uno de los hombres de experiencia del plantel morado, explicó lo que hablaron en el camerino con el joven atacante previo al partido ante la posibilidad de su debut.
“Veníamos hablando con él desde que se unió al grupo en la pretemporada, entonces después del partido lo felicitamos, pero no le dijimos nada especial porque ya le veníamos hablando semanas atrás. Asumimos todos la misma responsabilidad que los jóvenes, los acuerpamos en el momento que hay que hacerlo y también les metemos presión, porque ellos saben que cuando se ponen la camiseta de Saprissa, la presión aumenta al máximo. Lástima que no pudo debutar con un triunfo”, dijo el zaguero.
El jugador nació el 26 de julio de 2003, y junto a Marco Brizuela y Kane Ujueta fueron los juveniles morados que estuvieron en el banquillo ante San Carlos luego de realizar la pretemporada con el primer equipo.