Las necesidades de las ligas menores del Herediano y el deseo de reclutar jugadores de las zonas costeras y otras regiones, llevó al exdelantero Víctor Mambo Núñez a idear la manera de que la institución tuviera su propia casa club.
Para ello se contactó con José Oller, nieto de Pedro Oller Brugueras, quien era el dueño original de una amplia casa colonial en el centro de la Ciudad de las flores, que desde 1916 perteneció a una de las familias heredianas que impulsó el desarrollo de la provincia.
Dos años después y tras remodelar y acondicionar la estructura, la iniciativa del Mambo Nuñez dio sus frutos, al convertirse en la casa club que albergará a 20 jugadores de las ligas menores con el fin de potenciar el equipo del futuro, Mambo además es entrenador, por lo que conoce las necesidades de los chicos que entrena y son de zonas alejadas del país.
El inmueble cuenta con tres cuartos, dos salas de estancia y recreación, una sala de estudio, comedor, una amplia cocina y un patio, por lo que los futbolistas cuentan con todas las comodidades y los servicios básicos cerca.
Jafet Soto Molina, gerente y entrenador del Herediano, agradeció el esfuerzo del Mambo y Pablo Salazar por llevar a cabo el proyecto de la casa club.
“Esto es una idea que teníamos todos y Víctor Núñez empezó a materializarla y luego vino con José Oller y la empresa Don Pedro, así como Pablo Salazar y entre todos hemos sacado esto adelante. Mambo fue quien puso la primera piedra de esta casa. Yo me siento muy contento y orgulloso tanto de Pablo como de Víctor, quienes han tomado un papel muy importante en nuestra institución”, dijo Soto.
“Me siento muy feliz de estar haciendo otro tipo de dirigentes, otro tipo de entrenadores en el fútbol de Costa Rica, que no solo está la parte social, sino también la deportiva y la de valorar el trabajo institucional y la pasión con que se están haciendo las cosas”, añadió.