Saprissa apostó a una mayor ventaja, tuvo a Alajuelense arrinconado durante gran parte del segundo tiempo, sabedor de que el 2-1 está lejos de verse como el panorama ideal para visitar el Alejandro Morera Soto, sobre todo si se toma en cuenta su dificultad para tener buenos resultados fuera de casa. Por eso, aunque la victoria en estas circunstancias dibuja una sonrisa en el equipo morado, pudo ser más grande.
Por lo que intentaron los tibaseños sobre la gramilla del Ricardo Saprissa, incluso presionando en los últimos minutos como si estuvieran perdiendo un juego, fue claro que su intención siempre estuvo en buscar otros goles. Desde el pitazo inicial la S estaba obligada a tener el mejor resultado posible por su condición de local, pero la drástica expulsión de Bernald Alfaro aumentó esa posibilidad.
El volante rojinegro se fue al camerino apenas iniciado el segundo tiempo y un partido sumamente parejo cambió por completo para el lado saprissista. No siempre un hombre de menos puede traducirse en superioridad futbolística, pero este jueves sí sucedió.
Desde ese momento, Saprissa se adueñó del balón y Aarón Cruz se convirtió casi en un espectador. Tampoco ayudaron los cambios de Albert Rudé, quien decidió sacar al mismo tiempo a Aarón Suárez y Alonso Martínez. La Liga desapareció del campo.
Del otro lado Iñaki Alonso dejaba quieto su banquillo, porque el equipo disfrutaba de un buen momento, tanto como en los primeros 20 minutos del partido, cuando pusieron en aprietos a los rojinegros pero en ese entonces fueron incapaces de convertir.
A los locales les tocó levantarse del 1-0 manudo en el minuto 33, obra de Gabriel Torres. El panameño dejó muda la Cueva, que disfrutó de los “casi, casi” de su equipo sin poder festejar. Fueron casi 20 minutos de peligro, y si no aparecía Leonel Moreira, lo hacía la mala puntería.
Marvin Angulo volvió a destacar en el medio campo, Christian Bolaños conectaba constantemente con Jimmy Marín y Ricardo Blanco (ya recuperado) corría la banda derecha. Todo era perfecto hasta que la Liga empezó a nivelar y rápidamente disfrutó de un gol que en su casa puede convertirse en oro.
Pero la virtud de Saprissa fue no fallecer y volver a hacerse fuerte en casa, donde mejor le ha ido en este campeonato. Desde el camerino lo sabían: un resultado positivo en la Cueva era el único camino y querían repetir la receta aplicada al Herediano.
Al final fueron dos goles: Bolaños empató antes de ir al descanso, un momento clave para que lo visto en el campo se reflejara en el marcador. Después, cuando la S estaba de nuevo encima de la Liga, Marín hizo el 2-1, aprovechando un pase preciso de Angulo.
Para entonces la Liga solo podía dedicarse a defender y aunque luego encontró respiro con algunas variantes, nunca volvió al juego.
Saprissa, por su parte, nuevamente le faltó mejor dirección o hasta suerte para que su insistencia se convirtiera en un marcador de mucho más tranquilidad. Bien lo dijo Iñaki en la conferencia del miércoles: la serie se definirá el domingo a las 5 p. m. en el Morera Soto y el primer duelo parece solo un aperitivo del resto de la historia.
Alajuelense ahora tomará el papel de obligado contra un rival que necesita, por fin, mostrarse fuerte lejos de la Cueva.