En ocasiones Rándall ‘Chiqui’ Brenes camina por la calle, una que otra persona se detiene a saludarlo y de una vez aparece una pregunta recurrente: ¿Chiqui, por qué solo jugó con Cartaginés? ¿No le hizo falta ser campeón nacional?... Ante esto Rándall sonríe y da una respuesta rápida.
No obstante, detrás de esa sonrisa del ariete hay una historia de lealtad, de compromiso con el Cartaginés, que desde su punto de vista vale más que cualquier cetro que pudiera conseguir con otra institución.
Brenes fue el invitado de esta semana del programa de La Nación, #LoQueNoSabe, en donde explicó su sentimiento hacia los colores blanquiazules, también añadió que varias veces contó con oportunidades de ir a Saprissa, Herediano y Alajuelense, empero su deseo siempre fue vestir de azul.
“El Chiqui tuvo la oportunidad de estar en cualquiera de los equipos grandes, abiertamente y era noticia y no en un periodo, sino en tres de mi vida. Cuando volví de Azerbaiyán, los tres me abrieron la puerta. Usted le puede preguntar a don Víctor Badilla en una época, a don Rául Pinto cuando estaba en Alajuelense y al señor Jafet Soto. Con Guimaraes pude estar en Saprissa, pero yo elegí jugar en Cartaginés...”, dijo Brenes.
¿Porqué? Mucha gente me dice: ‘Qué tonto, porque no jugó con otro equipo para ser campeón', pero realmente no sé si la palabra es amor. Yo sí tenía un compromiso con lo que era Cartaginés para mí... Hay muchas historias que mucha gente no sabe... Cuando yo inicio en ligas menores, el coordinador deportivo, que era José Antonio Navarro, el ángel de mi vida, me dio viáticos, apostó por mí por completo. Él me vio como un hijo más, me dio el estudio, la carrera de fútbol. Él es una persona que es un padre...”, acotó.
Rándall recalcó que él siempre tuvo el valor del agradecimiento en su vida, al punto que cuando consiguió dar el primer salto al exterior comprendió que sin Cartaginés esto no se daba.
En 2005, el Chiqui fue transferido al Bodo Glimt de Noruega, donde fue figura.
“Cuando yo inicio y se da el primer click con la gente, en aquella temporada que gané varios premios, solo me faltó ser campeón, pues me fui para Noruega ¿Y quién me puso a mí ahí? La Selección. ¿Y quién me llevó a la Selección? Cartago.”, expresó.
El vínculo del histórico goleador con la institución de la Vieja Metrópoli fue más allá del terreno de juego, debido a que una persona que pertenecía a Cartaginés se convirtió en un padre para el exfutbolista.
"La gente vio al Chiqui de los 19 años para adelante, pero para atrás mucha gente me ayudó. Yo renuncié por mi situación económica a entrenar con Cartaginés, sin embargo esa persona (José Antonio Navarro) siempre estuvo ahí empujándome, él me dio desde los tacos de fútbol hasta los libros para estudiar", reflexionó.
Ante esto, el exfutbolista siempre sintió un compromiso por devolverle a los de la Vieja Metrópoli un poco de lo que le habían dado.
El ídolo brumoso revivió con sus palabras su salida del club a mediados del 2018, una experiencia agridulce porque él considera que bien pudo jugar al menos un año más sin problema.

“En los últimos dos torneos, sentí a algunos entrenadores, al momento de llegada, como a la defensiva, porque podrían pensar otra cosa, pero con ningún técnico tengo mala relación, con todos hablo y me llevo bien”, acotó.
“Yo no quería irme por la puerta de atrás, que la gente dijera: ‘No, es que ya Chiqui no'. Yo tenía contrato hasta diciembre, pero en diciembre quería seis meses más para jugar con un papel menos protagónico. No era en un sentido irresponsable. Simplemente yo entendía mi papel, pese a que en el torneo anterior al que me dijeron que no siguiera jugando tenía oportunidad en tres equipos con 34 años. Entonces pude seguir”, puntualizó.
Pese a ese cierre de carrera, el mundialista de Brasil 2014 concluyó que le puso punto final a su andadura en el fútbol sin arrepentimiento.
Los títulos para el Chiqui son las palabras de aficionados saprissistas, liguistas y heredianos que se topa en la calle y le hacen saber su admiración y le reconocen su labor, aunque no vistiera los colores de esos planteles.
“No me arrepiento porque en mi planificación desde los 32 años no estaba irme a ningún club”, finalizó.