La angustia reina en Liberia y se vivirá al máximo en la jornada 19, porque al medio tiempo de su partido ante Grecia sabrá si desciende o sigue con vida.
El conjunto de la Ciudad Blanca recibe a los alajuelenses a las 3 p. m. y una hora antes Cartaginés empieza su duelo contra Herediano (2 p. m.).
Es decir, al descanso conocerá el resultado de los brumosos y eso dictará su futuro. Con solo que Cartaginés sume un punto, Liberia estaría prácticamente descendido. En las dos fechas siguientes, a lo sumo podría alcanzar los 35 puntos que tendría entonces el cuadro de la Vieja Metrópoli, pero la diferencia de 30 anotaciones (en el gol diferencia) dicta sentencia por anticipado en contra de los guanacastecos.
La permanencia ha pendido de un hilo desde hace dos fechas, pero los empates del conjunto blanquiazul —ante Grecia y Santos— mantiene peleando a los pamperos.
Así será otra vez, mirando con un ojo al rival, mientras están obligados a sumar tres puntos y que los brumosos pierdan contra Herediano.
“Nosotros tenemos que salir agresivos y no tenemos espacio para nada, hay que salir a ganar desde el primer minuto. Cuando finalicemos el primer tiempo obviamente vamos a estar ansiosos y pendientes de cómo terminó Cartago”, señaló el técnico Erick Rodríguez.
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Félix Montoya, volante liberiano, asegura que a él no le gusta estar pendiente de otros resultados, pero dadas las circunstancias será inevitable.
“Eso se tiene que saber manejar, uno es profesional y sabe que cualquier cosa puede pasar, seguramente sí nos daremos cuenta. Si el resultado es negativo para Cartaginés y nosotros estamos empatando o ganando, entraríamos al segundo tiempo mejor; pero si se da al contrario debemos levantar cabeza y terminar”, analizó el experimentado mediocampista.
La tensión no ha sido nueva y cada involucrado ya la llevó al límite en la fecha anterior, cuando Liberia cayó frente a Carmelita (2-1) y un día después Cartaginés enfrentó a Santos.
Una victoria salvaba a los brumosos, y la estaban logrando, pero en el minuto 88 Santos igualó el juego (1-1).
Para los liberianos fue como oxígeno cuando ya morían, porque estuvieron más de 60 minutos en Segunda.
Montoya lo vivió al lado de su esposa y aunque lo describe como estresante, el alivio finalmente llegó.
“Uno no le está deseando el mal a nadie, pero sabíamos que para tener opciones necesitábamos que Cartaginés no sumara de tres y cuando se dio el gol nos dio una nueva oportunidad”.
Incluso, al día siguiente ese fue el tema de conversación antes del entrenamiento.
“Llegamos con alegría (...) —reconoce el técnico Erick Rodríguez—. Era inevitable, cuando llegamos lo primero que conversamos fue que estamos con vida. Muchos habíamos perdido la fe en algún momento, pero ahora hay que seguir esforzándonos y dar lo mejor”.
El estratega asegura que constantemente estará informándose del juego brumoso, esperanzado en que los resultados los acompañen de nuevo.
“Ya en dos ocasiones Cartago ha tenido la posibilidad de salvarse y no lo ha hecho”, agregó.