A Joel Campbell lo sorprendió descubrir que estaba envuelto en una gran polémica y ni siquiera sabía la razón. Al enterarse de qué se trataba, contó su verdad del por qué no firmó la camisa de Saprissa que tenía en sus manos un aficionado que esperaba a los jugadores de Alajuelense en la entrada del Estadio Chorotega, en Nicoya.
Si hubiese sido algo intencional, no tendría por qué haberse referido a la situación de la manera en la que lo hizo. Porque no fue una disculpa, sino más bien una aclaración para que no haya dudas y evitar los malos entendidos.
En lo particular, creo que ese es el verdadero Joel Campbell, el transparente, el que inclusive admitió que en el clásico anterior él escuchó cuando unos pocos aficionados incurrieron en insultos racistas contra Javon East y que también vio cuando el jamaiquino se acercó al árbitro William Mattus para decírselo y no pasó nada.
Si fue tan honesto esa vez, ¿por qué debería de mentir en esta ocasión? Lo que ocurrió en el Estadio Chorotega se genera en todos los reductos a los que va la Liga, Saprissa, Herediano, Cartaginés y hasta la Selección Nacional.
Es imposible que todos quienes quieren una fotografía o un autógrafo lo consigan. A veces es cuestión de suerte y en otras, de insistencia. Y no es porque los integrantes de un equipo se nieguen a hacerlo, jueguen de vivos o sean arrogantes.
Se da porque hay órdenes que seguir para evitar tumultos y problemas. Hay todo un protocolo para la llegada de los equipos a los estadios. Porque si bien es cierto, el fútbol es un espectáculo, también es un trabajo.
Eso muchas veces no lo dimensionamos, pero resulta que cuando un equipo llega a un estadio, tiene su tiempo medido para cambiarse, la charla en el camerino, el calentamiento y el juego en sí.
Recordemos que para un partido como un clásico las autoridades cierran el perímetro y nadie puede acercarse al autobús mientras los jugadores ingresan al estadio.
No era un clásico, cierto, pero Alajuelense estaba en Nicoya y muchas personas esperaban ese momento con ansias, ya fueran seguidores de la Liga, de Guanacasteca, de otros equipos, o hasta curiosos que no son tan afines al fútbol, pero querían ser parte del momento.
El equipo rojinegro llegó y cuando salían los futbolistas y los integrantes del cuerpo técnico, todos tenían que darle la vuelta por el frente al autobús, luego caminar unos pocos metros, cruzar la puerta del estadio y de una vez ingresar al camerino.
Había aficionados en todo ese pequeño recorrido y en el caso de Joel Campbell, varios lo esperaban en la propia puerta del autobús. Él estaba ahí compartiendo con la afición.
Ya era el último jugador y le hicieron la indicación de que ya debía entrar, escoltado por Andrés Carevic. Mientras daba la vuelta se topó con más aficionados.
Según se ve en la transmisión en vivo que publicó Fanátikos en Facebook, el comisario de la Unafut, Warner Acuña le hizo señas y algo le dijo a Joel Campbell.
Aqui les dejo el video completo de lo que realmente pasó y ahi se ve el comisario donde me llama y me dice que no puedo parar más. ✌🏾 pic.twitter.com/SmY1GNSKa3
— Joel Campbell (@joel_campbell12) September 20, 2023
La imagen da para interpretar que su mensaje era que entrara de una vez. El futbolista le hizo caso a la autoridad y no se detuvo más. Cuando las multas están a la orden del día, imaginar una por no atender esa instrucción no resultaba descabellada.
Joel Campbell se marchó tras las señas del comisario, pero eso significó que el aficionado que tenía en sus manos la camisa de Saprissa no logró la firma del 12 de Alajuelense, aunque sí se llevó la de otros jugadores de la Liga, como Leonardo Menjívar, Carlos Mora y Daniel Chacón.
Al ver el polvorín que se desató, Joel Campbell dio su versión de los hechos mediante sus redes sociales.
“Solo quiero aclarar que no me negué a firmar la camisa de Saprissa, lo que pasó fue que ya llevaba diez minutos tomándome fotos y firmando camisas y ahí fue que llegó el comisario de Unafut para decirme que ya no podía parar más… Por eso fue que seguí directo”, afirmó Joel Campbell.
La situación resulta incómoda para el jugador que entiende perfectamente que el fútbol genera morbo, pero también considera que hay límites y que por el bien de todos, hay que llevar la fiesta en paz.
“Yo no sé por qué se empeñan en querer hacerme conflicto con Saprissa y con su afición, la cual respeto demasiado. Los que me conocen saben que para mí el fútbol es sólo un deporte y no veo rivalidades. Y si la hay solo dura 90 minutos en un terreno de juego. Afuera todos somos iguales.
”Así que no manchen el fútbol o quieran manchar mi imagen con cosas así. Desde que llegué al país, la afición de Liga, Saprissa y las otras en la calle solo me han mostrado respeto y agradecimiento a lo que he hecho como jugador, más que todo en la Selección”, apuntó Joel Campbell.
Con su verdad sobre lo ocurrido, el futbolista de Alajuelense espera que no haya más inconvenientes sobre una polémica que para él no tiene razón de ser.
“Así que seguiré tomándome fotos y firmando camisetas del equipo que sea como siempre lo he hecho durante toda mi carrera. Vivamos el fútbol como lo que es, un deporte que genera pasión, unión y sentimientos. No división, como lo quieren hacer ver.”
Algunos le creerán y otros no, es normal. Por lo que he visto de él en diferentes estadios no tendría por qué dudar de lo que dijo esta vez. Para saber si lo que yo pensaba era lo que realmente pasó, le hice la consulta a Alajuelense.
Daniel Sanabria, uno de los encargados de comunicación de la Liga, respondió que cuando llegaron en el autobús al Estadio Chorotega habían bastantes aficionados.
Tuvieron que hacer un cordón de seguridad desde la puerta hasta la entrada del camerino, porque ya faltaba hora y media para el partido, así que debían ingresar rápido y prepararse para el partido.
“Los futbolistas empezaron a bajar poco a poco y los aficionados se metían igual, les pedían fotografías, firmas y ellos accedían. Joel Campbell fue el último en bajarse y empezó a tomarse fotos desde que salió del bus”, relató Daniel Sanabria.
Ellos debían darle la vuelta a la parte frontal del bus y luego entrar al camerino.
“Joel iba en ese recorrido cuando ya el comisario de Unafut le hace la seña de que venga, que tiene que ingresar, él se tomó la última fotografía rápido y se va. Ingresó directo por la orden de don Warner, estoy seguro de que de no ser así, por el llamado del comisario, que no tiene nada de malo porque era lo que había que hacer, Joel habría atendido a cada aficionado que estaba allí”, apuntó el oficial de prensa de Alajuelense.
Aunque usted no lo crea, Joel Campbell sí se ha tomado fotos con seguidores de Saprissa y de otros equipos. Pasó también cuando acudió al lanzamiento oficial de los 90 Minutos por la Vida.
Ocurre con Joel y con cualquier integrante de la Liga, una escena que dicho sea de paso, también la he visto al revés, como en el último clásico, con niños vestidos con la camisa de la Liga que llegaban a buscar a jugadores del Saprissa.
No me cabe duda de que, como lo dijo el propio Joel Campbell, él seguirá tomándose fotografías y firmando camisas del equipo que sea.
Se entiende el morbo, se sabe la rivalidad que existe, pero todo tiene un límite. El fútbol no da para incitar al odio de manera directa o indirecta, a la hostilidad, discriminación o la violencia. Ese no es el fin de este deporte tan pasional.
Por eso, me quedo con las últimas líneas escritas por Joel Campbell: “Vivamos el fútbol como lo que es, un deporte que genera pasión, unión y sentimientos. No división, como lo quieren hacer ver”.
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