Maribel Rojas se confiesa literalmente manuda desde la cuna, pero está a pocas horas de vivir el clásico nacional de una manera muy distinta. Este domingo 3 de setiembre será el primer duelo entre Alajuelense y Saprissa en el que su hijo Michael Barrantes vestirá el uniforme rojinegro.
Ella se confiesa ansiosa y con muchas ganas de que la Liga se deje la victoria. Incluso, le encantaría que su hijo anote. Ella está más que lista para que eso ocurra y gritar el gol con toda el alma, como lo hizo el jueves pasado en el Estadio Alejandro Morera Soto.
Sin embargo, también piensa que un buen pase es tan valioso como un gol. Es futbolera de toda la vida, pero puede más el corazón de madre que el de aficionada.
“La gente me dice: ‘Sos pancista’, pero es que soy la mamá, tengo que seguirlo y apoyarlo porque es mi ídolo”, afirmó Maribel Rojas.
Por eso durante todos estos años se puso con orgullo la camisa de Ramonense, Belén, Puntarenas, Saprissa (en dos etapas), Aalesunds, Shanghái Shenxin, Wuhan Zall y Cartaginés (en dos etapas); pero ahora que esta mamá porta el uniforme de la Liga, no se cambia por nadie.
Aquel día cuando Michael Barrantes le hizo una videollamada y le contó que acababa de firmar con Alajuelense, ella no pudo aguantar las lágrimas. Esa noticia que él le acaba de dar le llegó a lo más profundo del corazón.
Porque si bien es cierto doña Maribel es liguista, su mamá, doña Carmen Campos (qdDg) lo era aún más. Y fue quien le ayudó en la crianza de Michael y sus hermanos, como una segunda madre.
Aunque no han hablado del tema en sí, la mamá de Michael Barrantes cree que ese es uno de los grandes motivos que tiene él para disfrutar al máximo esta etapa con Alajuelense.
“Estoy ansiosa, todos estos partidos han sido el primero con la Liga contra los que vengan, pero ahora este clásico contra Saprissa, no sé, yo nada más le digo que ganen y ojalá que él meta gol, porque esa es la ilusión de uno como madre. Estoy emocionada y más ansiosa aún de verlo por televisión, porque tengo que trabajar”, comentó.
Dos días entre semana atiende algunas horas un negocio de uno de sus hijos, pero los domingos le toca todo el día. Es precisamente del hermano de Michael Barrantes que es liguista, así que sabe que no puede cambiar turno con él, porque de fijo irá al estadio.
La esperanza de doña Maribel es que un sobrino la cubra esas horas para ir al Morera. Si no lo logra, estará pegada frente al televisor mientras trabaja.
“Tengo una emoción grande. Ya Michael lo dijo, él es morado, pero es profesional y me encantó que fuera así de claro que lo ha sido siempre. Ha estado en tantos equipos que bendito Dios, pero esto que llegara a Alajuelense yo no lo veía, menos por la edad, pero le salió esta gran oportunidad y cuando él me dijo: ‘Mami, ya firmé’, fue emocionante, se me vinieron las lágrimas”, relató.
En medio de esa mezcla de emociones, también había un espacio para sentir un poco de susto, por cómo lo iban a recibir.
“Yo le dije: ‘Usted es profesional, es disciplinado, tiene que hacer lo que tiene que hacer y ya. Y bendito Dios ha sido un recibimiento impresionante. En los equipos que ha jugado, él disfruta, él vive y creo que ahora lo vive más con su edad, con su profesionalismo, con la tranquilidad que le está saliendo todo, porque ya a la edad de él más bien le está saliendo de maravilla”.
Mientras que Michael Barrantes se ve como uno de los mejores fichajes de Alajuelense, la mamá del futbolista no pasa desapercibida, porque también lo está viviendo al máximo.
“Yo tengo sangre futbolera, desde mi papá que nos llevaba a sus partidos, yo vivo el fútbol intensamente. Yo deseo estar primero que el árbitro, a mí no me preocupa estar desde horas antes en el estadio”.
Vaya o no a los juegos, ella siempre le envía un mensaje por WhatsApp, en el que le dice: ‘Que Dios te proteja, te acompañe y sobre todo que te ilumine para que todo te salga bien y las mejores vibras’.
Entre risas cuenta que en su casa es un vacilón, porque su hijo Roberto, el que es liguista, les dice a sus otros hermanos que esta es su oportunidad, que ellos ya la tuvieron al verlo y vivir sus partidos con Saprissa, pero que llegó el turno de él con Alajuelense.
“Donde esté Michael a mí me interesa que esté bien, que gane él. La sangre futbolera la llevo y en el homenaje del Día de la Madre en el Morera me emocioné tanto, porque veo el estadio lleno, ellos con tanta tranquilidad perciben toda esa bulla, ese apoyo que les dan, pero yo me emocioné tanto que lo celebré como que si fuera a jugar”, recordó.
Que alguien en la familia se tomara el fútbol más en serio no la sorprende en lo absoluto.
“Mi papá jugó mucho y era muy bueno, él trabajó en la Numar y ahí hacían campeonatos. Desde buena mañana nos llevaban los fines de semana. Todos mis hermanos jugaron, no llegaron a Primera, porque no le pusieron bonito. Hasta yo jugué fútbol sala cuando estaba jovencita, pero yo digo que desde ahí él trae esa estrella”.
Barrantes está a pocos días de cumplir 40 años y hoy ni piensa en el retiro, pero pareciera que el legado continuará.
“Arjen y Enzo que son los hijos de Michael van igualitos. En Arjen vivo yo como si Michael estuviera creciendo, porque es como una gota de agua. Enzo tiene también su fútbol y ahora el sobrino que es el pequeñito que él metió a la cancha y que hizo semejante show, también”.
Lo que sucedió es que luego del triunfo de Alajuelense por 5-1 contra Motagua, Michael Barrantes se quedó en la cancha y jugaba con su sobrino Liam. El niño quería meter un gol en el marco sur y lo hizo. Los aficionados que aún permanecían en el estadio lo gritaron y lo festejaron.
Viene el clásico, el primero para Michael Barrantes como jugador de la Liga, el equipo de su mamá, también el equipo que su abuelita amaba.
Así va el Apertura 2023
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