Que nadie se resienta, pero siempre he creído que la gran debilidad del Cartaginés es la falta de exigencia de sus aficionados; no de ahora, es histórico. Ojo, la fidelidad nadie la discute, el problema es confundirla con el conformismo y en mi caso, pienso que esa resignación, disfrazada de apoyo incondicional, pesó más por 81 años que las falsas “maldiciones”. Claro, el título llegó, aunque no se debe perder la memoria.
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De igual forma... ¡Suave un toque! Tampoco es que ahora los fanáticos van a caer en la intolerancia y en cinco partidos y con su equipo entre los primeros cuatro van a pedir ya la salida del técnico. Esto no lo digo por Paulo César Wanchope, a quien no defiendo y creo que él no lo necesita.
No es ninguna contradicción y ya voy a detallar por qué. Antes, también confieso que a Wanchope lo admiro plenamente por su etapa como jugador, por su profesionalismo y su preparación como técnico, sin embargo, estoy en el grupo de los que piensan que como entrenador le falta mucho por demostrar.
Ahora sí, voy directo al fondo. Apenas el 21 de diciembre Chope ganó el Torneo de Copa, que por más que se le baja el piso al certamen, muchos lo festejaron. Además, los brumosos iniciaron bien el Torneo de Clausura 2023 y es que no podemos borrar las maravillas que se decían tras el 4 a 0 ante Santos, del 24 de enero.
Si vemos la tabla, los centenarios son quintos, ganaron dos partidos, empataron dos y perdieron solo uno, para un rendimiento del 53%. Evidentemente no alcanza y ya pasó la etapa en la que clasificar era el objetivo de este equipo.
¿De verdad con estos números hay que sacar ya a un timonel que armó la planilla a su gusto, desaprovechar los cuatro meses que tiene en la institución y hasta botar el dinero con rescisiones?
Sé muy bien que no fue toda la afición la que pidió la salida de Paulo César el domingo, tras el empate 0 a 0 contra San Carlos. También conozco que parte de este resentimiento va por el tema de la abrupta salida del estratega hace algunos años, pero ya todo se aclaró.
Regreso al tema de la exigencia. Es formidable que a este nuevo Cartaginés y su técnico se les critique y se les pida cuentas por la vergonzosa derrota ante Guadalupe FC (5 a 1). Ese día fallaron todos y todo, desde la actitud, hasta el planteamiento y no se puede tolerar algo así.
De seguro los dirigentes fueron los primeros en reprocharle esto a Wanchope, porque hay mucho en juego como para algo tan paupérrimo. Los aficionados también tienen todo el derecho y están obligados a dejar en claro que semejante papelón no se puede considerar solo como un accidente.
Me robo las palabras de Jeaustin Campos, la jerarquía es la que pesa a la hora grande y eso es lo que deben demandar los fanáticos. Si no quieren ir al estadio o bien, reprochar malas actuaciones, lo aplaudo. Ahora, Paulo sabe que tiene que entregar resultados ya, parar un poco con las rotaciones, consolidar a un equipo y afinar una idea de juego que aún no es clara.
Chope conoce mejor que nadie cómo lidiar con la presión y él también sabe como ninguno que cuando se tiene una afición exigente se dribla el conformismo.