Moriremos sin ver a otro deportista tico con el oro en el pecho, los ojos llorosos y los versos del Himno Nacional entrecortados en su boca, mientras la bandera tricolor se eleva ante el podio olímpico.
Lo pienso, lo digo, lo repito, con la esperanza de equivocarme.
Ya van 20 años desde el dorado día de Claudia Poll y, a punto de los Juegos Olímpicos, faltan razones para esperar otra medalla –no digamos de oro, sino simplemente medalla– . ¿Dije simplemente?
Sueño ver a Leo Chacón casi desfallecer en el triatlón, ya no como el héroe caído, hecho un Cristo y puesto en pie, sino como uno de los mejores 15 del mundo. Aquello –lo de hace cuatro años– fue casi heroico. Costa Rica aplaudió de pie el coraje, como quizás no lo habría hecho si el liberiano llegaba a la meta cerca de los mejores aunque lejos de la medalla.
Nos fascina el herido que se levanta. Nos llena de orgullo el labriego sencillo en arrebato de dignidad. Nos redime. Y lo admito: me fascina, me enorgullece, me motiva. Casi nadie aplaudió, sin embargo, que Leo Chacón saliera del agua con tan solo 14 rivales por delante, algunos a escasos dos segundos. ¿Qué es eso al lado del raspón en carne viva en la espalda, la nalga, el brazo? Mucho. Todo. La inspiración de un joven, de un niño, que en unos años irá tras él.
También escucho con esperanza el silencio de Nery Brenes, lejos de aquel que hace cuatro años, osado, casi cruel con las expectativas costarricenses, expresó sin titubeos “qué se cuiden los rivales”. Lesionado, sin confesar sus verdaderas posibilidades, confirmó que nadie gana a punta de palabras atrevidas (nadie, excepto Ali).
Esta vez, con buenos marcas en las competencias recientes y palabras moderadas, un Nery Brenes más maduro deja buenas sensaciones. Sueño verlo por primera vez en una final en su tercera olimpiada.
Andrey Amador tampoco estará entre los favoritos de nadie para subir al podio. Tiene muchos rivales de renombre, pero quién contradice al destino si se le antoja hacerle al tico la vida rosa. Sin dar pelea no se devuelve, como los debutantes Roberto Sawyers (lanzamiento de martillo), Karen Cope y Natalia Alfaro (voleibol de playa) y Andrey Fonseca (ciclismo de montaña).
Quizás dejaremos este mundo sin ver otro oro tico. Mientras morimos, sin embargo, vivamos.