EscucharLa historia del fútbol femenino en Costa Rica sigue en pleno cambio y se avecina uno que otros países ya han experimentado.
Los clubes de la Primera División masculina estarán obligados a tener algún conjunto de mujeres. No tiene que ser de la máxima categoría o de segunda, puede tratarse incluso de liga menor, siempre y cuando compita.
Este es un requisito para tener la licencia de participación, de acuerdo al artículo 19 del Reglamento de Concesión de Licencias de Clubes de la Federación Costarricense de Fútbol. Su aplicación es inmediata para el periodo 2020-2022.
Es decir, a final de este certamen, cuando los clubes deban renovar su licencia, tendrán que cumplir con esto.
La directriz, promovida por FIFA, obliga a las instituciones deportivas a reaccionar de una u otra manera, aunque algunas ya contaban con su estructura.
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El tema tampoco está lejos de la polémicas, pues evidentemente esto implica gastos importantes. Por ejemplo, el presidente del Santos de Guápiles, Rafael Arias, considera que este no es el momento para hacerlo.
Santos apoya al Municipal Pococí, club de la Primera División femenina, con el uso del Ebal Rodríguez, pero se trata de dos organizaciones separadas.
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"El fútbol nuestro no nos da ni para salir con lo que tenemos en Primera División, hay muchas cargas y obligaciones sociales, y vamos a tener un equipo femenino. No podemos tenerlo en ninguna de las categorías. El presupuesto no da", explicó.
En una situación similar están Guadalupe y La U Universitarios, los cuales hasta ahora carecen de un conjunto y tampoco lo están formando.
La U Universitarios tenía un inquilino en Primera, pero después pasó a convertirse en Sporting FC y ese club es el inscrito en Uniffut para empezar el próximo torneo.
De esta forma, los celestes deben conformar su nuevo equipo, aunque por el momento no lo están diciendo. De acuerdo con Juan Carlos Garita, presidente universitario, la directriz no ha llegado como requisito indispensable.
Durante el auge del certamen anterior, incluso con una final a estadio lleno en el Morera Soto, el fútbol femenino tomó mayor relevancia. Esto y la medida hizo a otros clubes actuar.
Cartaginés, Limón y Grecia ya comenzaron con esa tarea. Los tres están en formación y participarán en la segunda categoría.
Para convocar a sus nuevas jugadoras hicieron varias visorias.
En el cuadro brumoso, desde el año pasado tenían una escuela, con niñas desde los nueve años y hasta los 17, pero hasta ahora no han participado en torneos oficiales.
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“En la visoria vimos de todo, chicas que les hacía mucha falta técnica y otras que se les veía un gran proceso de liga menor para estar en segunda”, explicó Ángela Cortés, encargada de este proceso en la Vieja Metrópoli.
En Limón FC estaban decidiendo si se inclinaban por una alianza con dos equipos de la zona o si lo hacían en solitario. Lo cierto es que habrá un representante.
Los caribeños están conscientes del gasto extra que deben hacer, sobre todo porque en este momento ven difícil conseguir un patrocinador solo para las mujeres.
Según Reynaldo Parks, gerente deportivo, lo que ingresa al conjunto masculino arropa al resto de divisiones.
Previo a la directriz iniciada por FIFA Jicaral tenía equipo en el ascenso en el 2018, al siguiente torneo no participaron, pero ahora está reactivado. Al igual que en Limón, se 'alimentan' del equipo masculino.
La Asociación Deportiva San Carlos creó una alianza con prácticamente dos años y medio de estar funcionando. Incluye equipo de segunda, así como liga menor.
Pérez Zeledón hace lo mismo desde hace cuatro años y aunque ha existido posibilidad de unirse a Suva Sports (inquilino de Primera), por ahora eso no sucede.
“La segunda juega en el estadio cuando es posible, a veces no se puede porque choca con un partido. Hay presupuesto para transporte y alimentación”, comentó Juan Luis Artavia, presidente sureño.
Finalmente, Saprissa, Herediano y Alajuelense cuentan con su equipo en Primera División femenina.
