Odir Jacques se convirtió en un técnico especialista en llegar como emergente a los banquillos y apagar las llamas que azotan a los equipos en crisis. Sin embargo, para este Invierno, su gran reto es quitarse de encima ese papel y ser quien empiece y termine con éxito en Herediano.
Pese a su extensa carrera y los seis títulos que adornan su palmarés, de las seis ocasiones en que Jacques arrancó un campeonato al mando de un club, solo llegó hasta el final en dos, pues en los otros cuatro fue cesado antes, según datos del investigador Gerardo Coto Cover.
Desde 1982, Odir no experimenta la tranquilidad de ser quien comanda y culmina un proyecto al frente de un equipo, un obstáculo que espera derribar después de 33 años, para defender el título que ganó en el Verano 2015 con los florenses.
Curiosamente, es con el cuadro rojiamarillo con el que el estratega brasileño registra las únicas dos ocasiones en las que estuvo de principio a fin: la primera en 1981, cuando incluso se consagró como monarca del balompié nacional tras 37 compromisos, y en 1982, cuando dirigió 44 juegos.
Luego de esto lo nombraron para iniciar el Torneo de 1986, en la temporada 2001-2002 y en el Invierno 2012 con el Team, y en la de 1992-1993 con Saprissa, pero le cortaron el proceso sin terminar.
Por su parte, las dirigencias de Alajuelense, Turrialba, San Carlos, Liberia, Cartaginés, Pérez Zeledón y en el mismo conjunto morado y florense lo llamaron como apagafuegos.
Esta particularidad no le impide a Jacques ser uno de los técnicos más exitosos del país, ya que incluso cuatro de sus seis coronas las ganó al llegar como emergente, la última con el Team.
No obstante, Odir apuesta a un presente muy diferente. Dejar el banquillo antes del cierre no es opción para él y ahora apunta a defender su puesto y encontrar estabilidad.
Tal situación dependerá enteramente del estratega y de los resultados que logre cosechar en un equipo que no se conforma con el título del Verano y apunta a un bicampeonato y a ser protagonista en las instancias finales de la Concacaf Liga de Campeones.
La tarea no parece sencilla para Jacques, quien espera deshacerse del traje de apagafuegos y terminar con esos 33 años en los que la estabilidad no lo acompañó en el banquillo.