El golpe mediático no es igual, pero en la cancha puede ser mucho más rentable. Cuando Saprissa presentó a Johan Venegas, acabó por golpear el hígado de la Liga, que ya daba por un hecho el regreso de quién se profesaba manudo, pero terminó vestido de morado y blanco.
Solo unos meses después, Jonathan Moya se decantó por cambiar de bando y salir rumbo a Alajuela, en donde lo esperan Róger Rojas y Jonathan McDonald, los dos artilleros inamovibles de la “nueva” Liga. Venegas ha sido un fichaje poco eficaz y lo será aún más sino logra colarse en la lista final de Óscar Ramírez. A hoy, la apuesta tibaseña es que Venegas se meta en la nómina para recuperar la inversión y ganar algo de dinero. Es probable que así sea.
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La Liga no aspira a un mundialista, pero ficha a un goleador. Se dio cuenta Fernando Ocampo que los romperredes nunca sobran. Róger Rojas, el mejor fichaje del torneo, le solucionó los problemas con goles. Con McDonald lesionado, el catracho simplemente encaró el eje ofensivo en soledad y, como se volvió costumbre, terminó por abombar las redes.
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Ante la más que evidente falta de confianza del entrenador Nicolás Dos Santos hacia Yuaycell Wright, en las gradas durante la mayoría del torneo, la Liga ganaría con Moya un cabeceador por excelencia y, para ser justos, un tipo acostumbrado a rendir en Saprissa. Una garantía.
Hoy por hoy, Moya podría hacer dupla con Róger Rojas para conformar un ataque de enorme peligro, al considerar que el delantero morado es la carta de más efectividad de la S.
Quizás, el gran error de los tibaseños fue mandar a las gradas a uno de los jugadores más efectivos de la campaña pasada. Lo banqueó, a razón de que había que meter a los mundialistas. La apuesta puede salir muy cara.