Luego surgió el Homo Aficioerectus, el cual se caracterizó por disfrutar y gozar del balompié; con él nacieron los hinchas y este deporte se asoció a conceptos como fiesta, algarabía, celebración, triunfo, desahogo, pasión, júbilo, esparcimiento, carnaval. Incorporó la canción We Are The Champions, de Queen, al festejo de la obtención de campeonatos.
Seguidamente, el Homo Fiebragaster, quien tuvo el acierto de incorporar al deporte rey el sentido del humor, el chiste, la picardía, el ingenio, la broma, el vacilón, la ocurrencia aguda, el chascarrillo, la ironía elegante, el sarcasmo inteligente y la chota jocosa. Los antropólogos coinciden en señalarlo como el padre de los memes picantes en las redes sociales.
En cuarto lugar, el Homo Fanatineanderthal. Se caracterizó por tomar las derrotas muy en serio, como un asunto personal, un tema de vida o muerte, al punto de no permitir preguntas sobre los marcadores, comentarios sobre los errores, críticas sobre las estrategias, cuestionamientos en torno a las alineaciones iniciales y los cambios posteriores, argumentos en favor de los arbitrajes ni risitas sospechosas a sus espaldas. Sumamente delicado y quisquilloso, y fuertemente inclinado a basar la felicidad en los triunfos del equipo de sus amores.
Finalmente el Homo Violensapiens. Agresivo, iracundo, colérico, feroz, impulsivo, agresor, cobarde, explosivo, inmaduro, incontrolable, ordinario, incapaz de manejar sus emociones, soez, valiente en manada, adicto a desafiar la autoridad, amante del caos y los disturbios, volcánico, siempre dispuesto a tragar carbón, capaz de atentar contra la vida e incapaz de compadecerse y mostrar algo de humanidad y solidaridad ante el “rival” que afronta una difícil prueba personal. Es reconocido como uno de los grandes responsables de que muchos aficionados dejaran de asistir a los estadios por temor a ser víctimas de la violencia.
¿Cuál especie sigue en la cadena? No lo sé. ¡Que Charles Darwin nos agarre confesados!