El aficionado quiere que rueden cabezas y es comprensible. Alajuelense acumuló un nuevo tropiezo y acrecentó su ‘interminable’ sequía sin títulos, la más larga de su historia. Por eso es difícil pensar con cabeza fría en este momento.
Pocos aficionados podrán coincidir con mi criterio, impopular para las masas, pero al menos les pido que me den el beneficio de la duda cuando afirmo que una limpia no es la única salida, ni la más acertada en estos momentos.
La solución más realista y con posibilidades de éxito tiene otro nombre: La Liga necesita un cambio de roles.
Ya voy a explicar a detalle a qué me refiero con esto, pero antes quiero decir que en el fútbol la palabra ‘limpia’ significa empezar de cero, creer que los nuevos futbolistas asumirán la idea rápido y no les quedará grande la camiseta.
A pesar de lo difícil que es sostener un proceso en un club grande, la ventaja real que poseen los proyectos menos cortoplacistas es que los jugadores alcanzan un mayor entendimiento de la idea de juego, crean asociaciones con otros compañeros y se aprenden el manual de memoria, lo que es determinante para lograr resultados.
Con una limpia se pierde prácticamente todo, sin que se garanticen mejores resultados. ¿O acaso no ha hecho la Liga limpias en los últimos siete años sin alcanzar grandes diferencias? Ya lo hizo y no funcionó.
Ahora, ¿qué significa un cambio de roles? Es muy sencillo, los futbolistas que más deben pesar y asumir responsabilidades en momentos clave son los más talentosos y, por ende, los que más dinero ganan.
El criterio más importante para definir el peso de un jugador en un equipo es su salario.
Hay múltiples ejemplos, Lionel Messi en el Barcelona el más evidente.
No podría afirmar que Christian Bolaños es el jugador más caro de los morados, pero por su trayectoria internacional y logros con la Selección es muy probable que sea de los jugadores con mejor salario.
¿Qué es lo que se espera de Bolaños entonces? Justamente que sea influyente en momentos importantes y que consiga que su equipo levante la Copa. El volante no decepciona, cumple y asume las responsabilidades que le corresponden.
La Liga no necesita hacer una limpia, simplemente asumir que los tres o cuatro jugadores que consideró que debían cargar con el peso del club en los últimos años, realmente no lo hicieron.
A estos futbolistas los puede bajar de rango si lo desea (a menor influencia, menos dinero) y dejarlos en el club en un rol secundario, pues no estuvieron a la altura de las responsabilidades, pero todavía pueden aportar sin que se espere que sean las figuras de mayor peso del club.
Este cambio de roles le permitirá a la Liga invertir sus salarios más altos en futbolistas con el potencial suficiente para cargar con el peso del equipo en momentos determinantes.
Siendo realistas, Liga no fue un desastre en el último año. Acabó líder y afrontó la gran final hace seis meses y en este torneo eliminó a Herediano en semifinales y perdió la final contra Saprissa.
Alajuelense no necesita ‘destruir’ su estructura y empezar de cero, solo agregar nuevas piezas que le permitan dar un salto de calidad en los momentos más importantes del equipo.
Es en las etapas de muerte súbita cuando los libretos son más cerrados y se necesita de jugadores capaces de aparecer con una individualidad para hacer la diferencia. Esto implica una mezcla entre talento y carácter.
Creo que tendría poco sentido que el club despida futbolistas que ganan un salario intermedio y son relativamente regulares, con actuaciones aceptables en la mayoría de ocasiones.
Por ejemplo, ¿cuál sería el sentido de quitar a Allen Guevara? Ha tenido un desempeño bueno, incluso por encima de la media jugadores del club, no le queda grande la camiseta (tiene 10 años en la Liga) y no es de los jugadores que más ganan en el equipo, es decir, es un rango intermedio.
¿Solo por su antigüedad hay que quitarlo? No percibo que este sea un análisis realista y que funcione de algo.