Pablo Gabas menciona una y otra vez "la voluntad de Dios". A él le pide que su lesión sea menor de lo que hasta ahora sugieren las evaluaciones. Incluso habla de un "milagro", a sabiendas de cuán probable es la ruptura de ligamento que requiere unos ocho meses de recuperación.
Dolido y esperanzado a la vez, espera la artroscopía de la próxima semana. En ella se determinará la gravedad de su dolencia y el posible tiempo que estará sin jugar. Aunque tiene fe en recibir una buena noticia, también pide fuerza para aceptar lo que devele la operación.
¿Cómo se siente al enterarse de que puede quedar fuera durante ocho meses?
Realmente estoy dolido, no es un día que uno quisiera vivir, sin embargo, sabemos que estamos expuestos a que sucedan estas cosas. También estoy positivo, con la fe en Dios para ver qué sale de la evaluación y confiando en Dios, porque soy de creer. Espero un milagro y no creer en la medicina; si llega a ocurrir, bueno, es la voluntad de Dios. Estamos expuestos a esto y estoy totalmente sorprendido y dolido por lo ocurrido, porque los jugadores de fútbol vivimos de esto. Soy muy apasionado, mi familia también. Mi familia está preocupada por la situación que estoy viviendo.
En el pasado tuvo una pubalgia y ahora le llega esta lesión quizás en un momento clave en su carrera.
No es el momento apropiado para que ocurran estas cosas, pero ocurren; Dios sabrá. La de pubalgia era más manejable, porque muchas veces puedes jugar, pero en una lesión de rodilla es obligatorio tener reposo y someterse a la operación, y a partir de ahí la recuperación; no hay quite sobre eso. Hoy me toca levantar la cabeza, acercarme a la familia, a mis amigos y a Dios, para tratar de pasar el trago amargo lo antes posible.
¿Tuvo en su carrera otra lesión tan grave como esta?
Nunca, esta es la primera, me llega a los 34 años, con toda una vida de jugar al fútbol, llega ahora y hay que asimilarlo.
¿Qué le dijo a los demás jugadores?
Hablé con mis compañeros, les dije que estoy confiado porque el grupo está haciendo bien las cosas. Además, el profe (Guilherme Farinha) me dio su voto de apoyo. En este momento el equipo se ve unido debido a la situación que paso.
Según lo que se dice, la recuperación sería de ocho meses.
Tengo la fe de hacer todo lo posible para que de ocho meses baje a cuatro. Tengo la fe, estoy tomado de la mano de Dios y trabajando duro. Entiendo el parte médico y del fisioterapeuta, pero si me pongo todas las pilas y me acerco a Dios, creo que puedo estar bien en cuatro meses.
¿Qué le ha dicho la afición?
Desde que salió el comunicado de prensa me han escrito muchos mensajes por las distintas redes sociales. A la afición le puedo decir que gracias por todo ese cariño, esa muestra de apoyo. Ellos saben que cuando me he lesionado ha sido defendiendo la camiseta rojinegra al máximo.
¿Qué sensaciones tiene en este momento?
Hay un poco de todo, como melancolía, esa sensación de cosas que pasan que son inexplicables, pero le digo a la afición que cuando vuelva, regresaré más fuerte que nunca.
¿Corre peligro su carrera deportiva?
Tengo 34 años y soy titular, partido a partido mostraba el nivel que venía desarrollando y al menos la parte física era óptima. Esto no me va a truncar, le voy a poner toda la fuerza a la recuperación, he tenido una vida muy ordenada. Le soy sincero, estoy muy positivo a pesar de lo dramático que sea el panorama.
La lesión no parecía grave.
Ese día (el domingo en Liberia) hablé con algunos periodistas y les dije que creía que fue un golpe de un jugador de Liberia, porque yo recibí de espalda y me hice un autopase, pero cuando quise continuar, siento que algo se me rompió en la rodilla y creí que era un golpe. Luego los compañeros me dijeron que me caí solo; al ver la imagen, vi que el pie se quedó atascado en el césped.
En este tipo de lesiones siempre existe riesgo de que la recuperación no sea óptima.
Este es un golpe duro porque las lesiones aparecen. Con los campeonatos hay oportunidad de volverlos a pelear, pero en estas lesiones lo que pasa, después de la recuperación, es una moneda al aire, pero sé que todo saldrá bien. Esperaré la evaluación que hará el doctor (Alfredo Gómez) y que será más precisa.
¿Hay quién lo sustituya?
Ningún jugador es indispensable. Por encima de un jugador está su gente que lo apoya todos los días, la tradición de 97 años de historia; hay jugadores suficientes. Lo que se puede perder conmigo es experiencia, rodaje, pero hay chicos que pueden asumir y hay toda una vuelta para que alguien se vaya acomodando en ese puesto.
¿Cómo reaccionó Farinha?
Obviamente está dolido, un poco golpeado. Le dije a él (el domingo) que fue un golpe en la rodilla, pero el doctor le habló ayer y le contó el resultado de la resonancia. Entonces me abrazó, me dijo que esté tranquilo, que todo estará bien. Habló delante de los compañeros y me dio todo el apoyo. Estoy convencido de que este grupo que lidera Farinha hace las cosas bien y llegará lejos.