El exdefensor y miembro del actual cuerpo técnico de Herediano, Pablo Salazar, aparece inscrito en el Registro Nacional como tesorero de Fuerza Griega, la sociedad anónima deportiva encargada de administrar la franquicia del club de Occidente.
La aparición de Salazar en la sociedad anónima se da a partir del 19 de octubre del año anterior, lo que coincide con la fecha en la que se hizo público un convenio de ayuda entre el Herediano y Grecia, cuyos alcances solo son de cooperación, según han dicho ambas partes.
Por otra parte, Adrián Barquero, el actual presidente del Municipal Grecia, asociación dueña de la franquicia del club, cuya administración cedió a Fuerza Griega, aseguró a La Nación que un grupo de “gente de Heredia compró el 67% de Fuerza Griega".
El dirigente aclaró una y otra vez que al decir Heredia se refería a la provincia y que no podía asegurar si los inversionistas son personas vinculadas al Club Sport Herediano.
Asegura que aún no las conoce, pues “el que intervino con esto fue Jafet Soto”, gerente del Team.
Conocerá sus nombres muy pronto, según espera, cuando firmen un contrato con los nuevos inversionistas para extender el plazo de cesión del club a los próximos diez años (de momento al vínculo con Fuerza Griega le quedan dos años).
Poderes. De acuerdo a lo mencionado por Adrián Barquero, los nuevos accionistas habrían comprado el 33.3% de las acciones de Allan Alemán y el 33.3% de Cristian González, dos de los tres dueños de la anterior administración de Fuerza Griega; el otro, es el actual gerente deportivo del club, Fernando Paniagua, quien todavía aparece inscrito como presidente de la sociedad anónima.
Barquero recalcó que la “gente de Heredia” asumió el compromiso de cancelar las deudas de Grecia, incluyendo la de la CCSS, que ronda los ¢16 millones, un dolor de cabeza para la asociación deportiva y para él especialmente, según comentó, pues si Fuerza Griega no hacía los pagos le correspondía hacerse cargo como su presidente.
Por ahora, Fernando Paniagua es el único de los accionistas originales que aparece inscrito en la directiva de la sociedad anónima.
En el caso de Salazar, es junto a Paniagua el apoderado generalísimo, es decir, puede tomar decisiones clave dentro de la institución.
“La representación judicial y extrajudicial la tendrán el presidente (Paniagua) y el tesorero (Salazar) en calidad de apoderados generalísimos sin límite de suma, de acuerdo al artículo 1253 del código civil, y además las de sustituir el poder en todo o en parte, revocar sustituciones y hacer otras de nuevo, y otorgar toda clase de poderes a socios o no, empero para vender, gravar, prendar, hipotecar bienes de la sociedad, otorgar fianzas, garantías, fideicomisos a favor de terceros en nombre de la sociedad o para cualquier forma disponer de bienes de la sociedad...”.
El exfutbolista y excapitán rojiamarillo apareció ayer en el banquillo, durante el cotejo entre Herediano y Jicaral, según pudo constatar este medio, tal como lo refleja la siguiente fotografía.
Podría corresponder a la Fedefútbol determinar si en el caso de Pablo Salazar hay un conflicto de intereses.
El código de ética de FIFA menciona, en el artículo 5, que las personas sujetas a este reglamento no pueden ejercer sus funciones (en particular, preparar y participar en la toma de decisiones), en situaciones en las que haya un conflicto de intereses, sea este real o posible, que pueda afectar a su actuación.
El artículo agrega que, "un conflicto de intereses surge cuando las personas sujetas al presente código tienen, o dan la impresión de tener, intereses secundarios que puedan influir en el cumplimiento de sus obligaciones de manera independiente, íntegra y objetiva".
En caso de que se confirme que un equipo incumple este punto, se le puede aplicar una sanción; estas van desde una multa de $10.000 francos suizos (cerca de ¢6 millones), hasta la prohibición para ejercer actividades relacionadas al fútbol durante dos años.
La Nación llamó a Jafet Soto y le escribió un mensaje a través de WhatsApp para conocer su opinión sobre esta publicación, con el objetivo de aclarar cualquier duda y ofrecer el respectivo derecho de respuesta, sin embargo no atendió las llamadas de este medio.
Al cierre de esta edición, tampoco se pudo tener comunicación con Salazar.