Más que lamentar la derrota ante Saprissa, en la conferencia de prensa posjuego Wálter Paté Centeno dejó ver su preocupación por la ‘decandencia’ del fútbol tico, la tendencia a despedir técnicos convertida en ‘el pan nuestro de cada día’.
No le gusta la caída, 2 a 1, después de verse arriba en el marcador y con más posesión de balón que el el cuadro morado, pero parece confíar ciegamente y tranquilo en la evolución de Guadalupe. Su equipo pasó de sufrir la parte baja de la tabla a colarse entre los punteros. Menos esperanzado, en cambio, se expresa cuando habla del fútbol nacional, con el despido de Jeaustin Campos como reciente ilustración del resultadismo.
¿El que le empataran tan rápido (tan solo un minuto después) le impidió dominar el juego como habría querido?
Sí, fue muy rápido. Estaba tomando agua (después del gol de Guadalupe) y cayó el gol (de Saprissa). Ni me di cuenta. Claro, le quitó a Saprissa la zona de haber recibido un gol.
¿Cómo toma el recibimiento de la afición morada?
Es una afición muy noble, que te quiere a muerte. Siempre le voy a guardar un gran respeto a los morados. Ellos saben bien quién es Wálter Centeno y yo sé quiénes son los morados.
¿Cómo se siente en Guadalupe? Su nombre empieza a sonar en otro equipo grande.
El equipo ha ido evolucionando en muchas cosas, hemos tratado de inculcar una idea de juego. Nos tocó perder, pero es un equipo en crecimiento. Estamos haciendo un proceso bueno, con objetivos claros. Si sigue el proceso va a marcar cosas importantes. De lo otro no sé nada. Me siento cómodo en Guadalupe. Aquí nadie me molesta.
¿Cuál es el punto determinante en el camerino para alejarse del descenso y meterse en lo alto de la tabla?
El espíritu ganador. Lo que el fútbol me dio es que me enseñó a ganar. Es lo que más reitero: tenemos que ganar, ganar y ganar, y hacerlo bien.
¿Es difícil en este país llevar un proceso con tanto despido de técnicos?
Es el pan de cada día del fútbol de Costa Rica. Estamos destruyendo el fútbol, destruyendo a jugadores. Yo fui jugador y sé que el jugador tiene su grado de culpa. Pero ahora es muy fácil quitar al entrenador. Es el circo tico: nadie quiere procesos. Va en decadencia. Si queremos un cambio, tenemos que cambiar todos. Tenemos que defender el fútbol más allá de lo resultados.
¿Ese resultadismo afecta a las nuevas promesas?
Revisando los últimos tres campeones: ganan un título y los quitan. Aquí no te salva ganar un título. El resultado está confundiendo a todos. El resultado temprano esconde cosas: te hace creer que todo está bien, pero no todo está bien.
Su equipo es el más goleador, pero le falta de visitante.
Sí, el año pasado habían tenido un porcentaje más alto de visitante que de local. Ahora estamos a la inversa. Estamos en deuda, pero el fútbol tarde o temprano dará la recompenza.