Al Comité Olímpico Nacional (CON) todavía no le depositan los fondos aprobados para este 2020, pero ya tiene la mente en el 2021. La decisión de aplazar las justas de Tokio para el próximo año obliga a la organización tica a tirar toda la planificación a la basura y empezar de cero, cuando todavía hay muchas dudas por resolver.
Al CON le corresponde modificar múltiples tareas esenciales para los atletas, que entrenaban para competir en el certamen que se iniciaría el 24 de julio y albergaría a 11.000 deportistas de 206 países.
El Comité Olímpico Internacional decidió cambiar la fecha de los Juegos de Tokio a causa de la propagación del nuevo coronavirus que afecta a todo el mundo, con más de 380.000 contagios y más de 17.000 muertos.
Entre las necesidades más urgentes de la organización costarricense, La Nación detectó cuatro puntos de alta relevancia, cuando se pasó de trabajar para un certamen que comenzaría en cuatro meses, a uno que dará inicio dentro de un año y cuatro meses.
1. Planificación a la deriva
El CON tendrá que modificar la planificación de cada deportista clasificado y de aquellos que todavía tienen posibilidades de sellar su boleto.
Esta es una tarea difícil por dos razones: La mayoría de los eventos de preparación, o que les permitirían a los atletas sumar puntos para el ranquin clasificatorio, se realizarían en los siguientes cuatro meses.
Sin embargo, la mayoría de torneos se suspendieron a causa del covid-19, lo que obliga al CON a variar todos sus presupuestos actuales, en cuenta tiquetes aéreos, costo de inscripción para el evento e incluso el dinero destinado para la preparación.
Como segundo punto aparece el tema económico, pues ya se tenía la autorización del Instituto Costarricense del Deporte (Icoder) para ejecutar el plan de trabajo establecido en este 2020 y, por lo tanto, invertir el presupuesto que fue autorizado.
Es decir, el aval para hacer uso de los ¢1.049 millones que se le entregarían este año.
"Hay que hacer un replanteamiento, había muchos eventos de aquí a julio y ahora hay que evaluar si estos se van a dar en otras fechas o no", explicó Henry Núñez, presidente del Comité Olímpico Nacional.
2. Incertidumbre con los recursos económicos
El CON había presupuestado un dinero para las Juegos de Tokio y otro distinto para los Centroamericanos del 2021. Al aplazarse los Olímpicos, también se alarga la preparación y, por lo tanto, los costos que conlleva trabajar con los deportistas.
A diferencia de los Olímpicos, en los que se invierte para clasificar y luego preparar a un número pequeño de atletas, a Centroamericanos se suele viajar una delegación grande, cercana a los 500 deportistas en todas las disciplinas.
Al CON le corresponde exprimir al máximo los recursos recibidos, pues, al día de hoy, se desconocen las consecuencias financieras que podría sufrir el Icoder a causa de la crisis nacional que afecta al país por el covid-19.
Es justamente el Icoder el que aprueba el plan de trabajo del Comité Olímpico y le gira el dinero. Para el 2021, el CON aspiraba a recibir ¢3.300 millones. Hoy, está en duda.
Lo cierto es que este año le aprobaron ¢1.049 millones para la preparación de los deportistas, aunque el aplazamiento de las justas varía los planes y obliga a reajustar el presupuesto con miras a un certamen que se hará hasta el próximo año.
"Para mí son igual de importantes los Centroamericanos que los Olímpicos, pues a las justas del área van 500 atletas", asegura Núñez.
3. Poca flexibilidad
Para recibir el dinero de fondos públicos, el CON elabora un plan de trabajo muy minucioso, en el que debe explicar en qué invierte cada colón. Por ejemplo, prueba desde lo que cuesta un tiquete aéreo, hasta el costo de la planeación de cada atleta.
El proceso que realiza el CON es riguroso, lento y, la mayoría de veces, engorroso y difícil de completar. Lo normal es que se extienda por muchos meses y que al final no reciba todo el dinero que solicita, pues también hay otros órganos, como las federaciones deportivas, que dependen de fondos públicos.
Luego, se ve obligado a liquidar cada factura para demostrar que ejecutó el plan de trabajo tal como estaba previsto. Es decir, no puede salirse de lo planificado.
Esto hace que se vuelva más difícil la coyuntura actual, dado que el aplazamiento de las justas olímpicas obligan a modificar las prioridades de los atletas y, por ende, los presupuestos, cuando ya están obligados a cumplir con lo que se definió inicialmente.
"El manejo de los fondos es muy complejo. Por ejemplo, este año aún no hemos recibido ni un colón por la tramitología administrativa, un dinero que esperábamos desde mediados de febrero", explicó Núñez.
Aunque el CON solicitó ¢3300 millones para el 2021, es poco probable que el ministro de Deportes, Hernán Solano, apruebe este monto, pues ha manifestado en múltiples ocasiones que hay que “cuidar los recursos públicos” y bajar los gastos, dada la situación fiscal del país y, recientemente, la crisis del nuevo coronavirus.
4. Asesorar a los atletas
El último punto es, quizás, el único positivo, pues en las últimas semanas los deportistas han tenido que entrenar desde sus casas, lo que al final influye en su rendimiento.
De haberse realizado el certamen mundial en Japón, es probable que los atletas no hubieran llegado en el tope de su preparación. Ahora, al CON le corresponde asesorar a cada deportista para que empiece una nueva ruta de trabajo.
Es el caso del ciclista costarricense de BMX freestyle, Kenneth Tencio, quien ya tiene su boleto asegurado para los Olímpicos de Tokio.
"Seguiré entrenando y preparándome hasta que se dé la fecha exacta de los Juegos y que así pueda cambiar el plan, sobre todo en la parte física. La meta sigue siendo la misma, buscar esa medalla", explicó Tencio.
Según Núñez, en los casos de aquellos deportistas que pueden clasificar de acuerdo a su posición en el ranquin mundial, este aplazamiento podría permitirles seguir compitiendo y sumando puntos para escalar en el escalafón, son los casos de la marchista Noelia Vargas, o el atleta Nery Brenes.