El viernes lo hicieron Alajuelense, Saprissa, San Carlos, Santos, Pérez Zeledón y Limón; el sábado se unió Jicaral y desde este lunes reanudarán entrenamientos Herediano, Cartaginés, Grecia, Guadalupe y La U.
Todos, respetando un estricto protocolo con una serie de medidas para evitar contagios por covid-19.
El florense Rándall Azofeifa y el portero académico Daniel Cambronero están ilusionados con regresar a las canchas para tocar la pelota de nuevo y hacer trabajos distintos a los que efectuaban en casa durante la cuarentena.
“¡Cómo hace falta! Uno sí hace el programa que le mandan, aparte de que el preparador físico Manuel (Víquez) manda un programa bravo, muy duro. A mí me prestaron una bicicleta de spinning y entonces estoy molido”, comentó Azofeifa en una conversación con Cambronero.
Manifestó entre risas que con lo que ha pedaleado, considera que ya hizo el recorrido de una Vuelta a Costa Rica.
La charla se llevó a cabo en una transmisión en vivo a través de la cuenta de Instagram de la escuela de fútbol Los Halcones, que es un proyecto del portero y el propósito de ellos era que los talentos que se forman ahí pusieran mucha atención a lo que ellos decían.
“Son momentos que nadie esperaba, hay que confiar en Dios y que las cosas pasan por algo, nos toca hacer caso en las recomendaciones, es mucho mejor estar en la casa tranquilos con salud, sabiendo que en algún momento podremos estar en la cancha o en la escuela, a querer salir o no hacer caso y que nos enfermemos”, indicó el herediano.
Azofeifa señaló que si existe la oportunidad de hacer un poquito de deporte, es importante aprovecharlo, pues al fin y al cabo, la actividad física influye en la salud de las personas.
“El fútbol se juega primero con la cabeza y es importante estar bien, dormir bien, comer bien y que sueñen en grande, que siempre quieran más, que si desean ser futbolistas profesionales, luchen todos los días”, recomendó el volante.
Por su parte, Cambronero contó que en Universitarios primero instruyeron a los jugadores y al cuerpo técnico para que todos tengan claro cómo serán esas prácticas a partir de este lunes.
“Hay que dejar claro que estamos regresando a entrenamientos de una forma muy distinta a como se hace en un equipo de fútbol, siguiendo un protocolo de salud autorizado que nos va a permitir tener un distanciamiento adecuado e higiene para prevención”, citó el arquero.
Y agregó: “Yo no estoy en desacuerdo de poder entrenar y conforme avance este tema vamos a estar más cerca de reanudarlo de una forma que no se vaya a exponer a la afición ni a nosotros. Todos los días nos están monitoreando previo al entrenamiento y eso es bueno”.
Anécdotas y consejos
Azofeifa aprovechó para felicitar a Cambronero por esa escuela de fútbol que va a cumplir siete años y que trabaja con cuatro categorías y forma porteros, resaltando el hecho de que Gerson Torres pasó por ahí.
“Nosotros empezamos admirando jugadores, siempre hay que tomar lo bueno de cada uno, la forma de comportarse, de patear, de moverse, muchas cosas y lo más importante será que si uno quiere y tiene un objetivo de llegar a algo trate de cumplirlo”, indicó Azofeifa.
También dijo que quien crea que el fútbol es fácil, está muy equivocado.
“Para mí, el mejor jugador del mundo es Lionel Messi y los equipos de Argentina no lo querían. Si usted tiene un objetivo de llegar a ser un jugador profesional tiene que saber que va a pasar muchos obstáculos, pero ya una vez que los logra pasar, lo que va a ayudar para el futuro, es la experiencia”.
Recordó sus inicios, a manera de testimonio.
“Cuando estaba en Saprissa empecé a jugar a los 16 años y yo creía que iba a ser titular, pero no fue así, lo fui hasta los 20 años. En esa última temporada yo estaba en Segunda División con Fusión, jugaba ahí y en Primera, cuando eso, se podía y me querían mandar a préstamo”.
Pero el fútbol es de momentos y aconseja que siempre hay que estar listo para aprovecharlo.
“El fútbol es tan rápido que ese año lo jugué titular, jugué el Mundial de Clubes en el 2005 y en el 2006 quedé campeón con Saprissa siendo titular. Me fui al Mundial Mayor con 21 años y después me fui para Bélgica, es rapidísimo y por eso hay que aprovechar los momentos, los instantes que uno pueda estar dentro de una cancha porque uno no sabe en qué momento dará el salto a un nivel mejor”.
Indicó que nunca quiso conformarse con lo que tenía, aspiraba a un poquito más y pudo jugar en países y en estadios donde nunca pensó que lo haría.
“Cuando llegué a Bélgica había un entrenador que no fue el que nos escogió a Bryan Ruiz y a mí, fue el director deportivo y entonces no confiaba mucho, inclusive, en ese año, Bryan jugó solo un partido de titular, yo jugué un poco más, pero había que demostrar que uno quería estar”, relató.
Sobre los nervios, dijo que son normales y el reto es aprender a sobrellevar la ansiedad.
“Eso es lo lindo que tiene el fútbol, a mí me enseñaron que eso es porque se siente la responsabilidad de lo que se está jugando y de lo que se va a jugar. No hay que tenerle miedo, todo este nerviosismo, miedo, ansiedad, tiene que traducirse en ganas, en buenas acciones y ya dentro de la cancha poder liberar eso y en confianza”.
Recordó una anécdota en el Mundial Sub-17 del 2001 en Trinidad y Tobago.
“Íbamos en el bus y Gabriel Badilla (qdDg) nos daba una oración para que rezáramos en silencio cada uno y se me olvidó el Padre Nuestro, iba tan nervioso que me pasó. Después, ya adulto, en un partido eliminatorio contra Estados Unidos que ganamos 4-0 me faltó casi nada para ponerme a llorar en el Himno Nacional”.
Reiteró que todas esas sensaciones que provoca el fútbol se dan porque “uno está con vida, con ganas de demostrar, que las cosas salgan bien. Eso para mí es incalculable e invalorable”.