El triunfo de Cartaginés ante Herediano in extremis despertó un sentimiento que estaba dormido en la afición brumosa desde aquel Verano del 2013. La amargura y el sufrimiento con el que cargaron los seguidores blanquiazules en los últimos años quedó en el olvido en el minuto 89; todo se convirtió en un hervidero.
Quienes asistieron al Fello Meza a apoyar a los blanquiazules difícilmente conciliaron el sueño con facilidad, los que se quedaron en casa posiblemente pasaron por lo mismo, y cómo no, si sus pulsaciones subieron hasta el tope. El delirio que provoca el fútbol revivió en ellos, al dejar tendido al archirrival y de paso a su extécnico Paulo Wanchope, ahora con los florenses.
Locura total en el Fello Meza con el gol del 3 a 2 de Marcel Hernández. El cubano llegó a 10 y el estadio estalló @PuroDeporteLN @nacion pic.twitter.com/S2i4oHmdMN
— Cristian Brenes (@CristianB_LN) October 18, 2018
La celebración trascendió a esa noche fría y lluviosa del miércoles. La hinchada que saltó a más no poder, cantó como nunca y hasta esperó a jugadores a las afueras del estadio, se levantó este jueves con el ánimo por las nubes, con un sabor muy dulce y aún con esa resaca de felicidad que los llevó a lucir la camiseta de sus amores con orgullo.
Bastó hacer un pequeño recorrido por la Vieja Metrópoli para identificar rápidamente cómo muchas personas cambiaron su ropa cotidiana por la indumentaria de los brumosos. No importaba si se iba a una reunión, si se trabajaba en un tramo, en una tienda o si solamente había que salir por cualquier situación. Para ellos era necesario llevar el escudo centenario pegado al pecho.
Las camisetas de Cartaginés resaltaban por cada rincón y cualquier oportunidad era buena para hablar de un equipo que resurgió y en el que nuevamente creen.
LEA MÁS: Paulo Wanchope probó la pólvora de su mejor fichaje
“Lo que pasó ante Herediano nos caló, necesitábamos ese desquite contra Wanchope y contra su equipo actual. Por supuesto que el día después debíamos andar con la camiseta de Cartaginés bien puesta. Ahora tenemos ese enojo interno de demostrar que podemos y que no nos estamos quedando”, dijo Sofía Leiva Jiménez, quien salió de su casa con su indumentaria blanquiazul desde muy temprano.
Todo se conjugó para una fanaticada que no quiere saber más nada de burlas, penurias económicas y crisis deportivas. Por ahora resurgió la ilusión, la esperanza y la fe.
Eso sí, la mesura de los jugadores es la misma de quienes se dedican a alentar. El tema de ser campeones no figura en la celebración, por ahora solo se enfocan en clasificar y alejan el triunfalismo.
“Desde que me levanté en la madrugada tenía muchos ánimos de venir al trabajo, uno anda contento, la gente viene a comprar con las camisetas del equipo y todos estamos felices. Estamos ilusionados y ojalá que primero se nos dé la clasificación”, señaló Leonel Sánchez, dueño de un tramo de frutas en el barrio El Molino, que suele tener banderas del club y está pintado de azul y blanco.
LEA MÁS: Cartaginés gana su final personal
¿Qué cambió en Cartaginés? Esta es la gran pregunta que surge desde que Wanchope salió del banquillo con un 30% de rendimiento y dio paso a un Martín Arriola que acumula un 76%.
Los aficionados lo tiene muy claro: actitud, mejoras tácticas, motivación y empatía. Estos son los aspectos que provocaron el repunte.
“Todos nos preguntamos qué es lo que está pasando y por qué el cambio. Vemos a Herediano que ahora está bajando el rendimiento con Wanchope y lo mismo nos pasó a nosotros cuando él estuvo acá. Creo que ahora mucho es la motivación y el cambio de técnico”, manifestó Mónica Coto, una joven que lució con orgullo los colores de su club.
Sentir muy similar al de Shirley Bejarano Loría, otra seguidora que asistió a la tienda en la que labora identificada con el escudo centenario. Su día no fue uno cualquiera, fue especial y así lo describe: “Me levanté muy contenta y por eso este jueves salí con la camiseta bien puesta, hay que apoyar al equipo en las buenas y en las malas”.
Es difícil proyectar si los blanquiazules avanzarán a las semifinales, la lucha es cerrada con San Carlos, Herediano y Pérez Zeledón. Eso sí, al menos sus seguidores tuvieron un desahogo, festejaron como hace mucho no podían hacerlo y nuevamente lucieron sus colores con orgullo y sin el más mínimo temor a las burlas.