Freddy Álvarez es figura de Jicaral en el inicio del certamen Clausura 2020. El exjugador de Alajuelense y Herediano se levanta luego de pasos discretos en los equipos grandes, donde fue más pena que gloria; empero, apareció el club porteño para levantarlo, aunque esto implicó una serie de sacrificios.
El volante tuvo que separarse de su familia. Su esposa María Fernanda y su hija, Irina, se quedaron viviendo en San Ramón, mientras él salió hacia la Península para relanzar su carrera.
Todos los días, el centrocampista las extraña, sobre todo porque su esposa espera el segundo retoño del matrimonio.
“Es complicado por la seguidilla de partidos. Hace poco tuvimos semana larga (sin partidos a mitad de semana), a ellas las logro ver como cada 15 días. Se extraña mucho a mi hija, el proceso de mi esposa que está embarazada, pues también es difícil y uno se lo pierde, pero bueno, vamos para adelante”, explicó.
Freddy hace un año y dos meses lloraba desconsoladamente. El creativo a finales del 2018 probó la amargura de fallar un lanzamiento de penal vistiendo los colores de Alajuelense, equipo que terminó eliminado a manos de Herediano en semifinales; no obstante, 14 meses después comienza a levantar cabeza.
Álvarez salió un semestre después de ese fatídico lanzamiento al Herediano, donde estuvo un torneo y aunque se sintió cómodo no consiguió despuntar; de esta forma el mismo Team le recomendó buscar una cesión, en la que apareció Jicaral como mejor opción.
Pese a su reservado paso por el Team, él celebró el cetro que consiguieron los rojiamarillos en el Morera Soto, el certamen anterior.
“Lo de la Liga fue un sinsabor y uno termina con ganas de revancha. Alajuela fue una enseñanza total, porque aunque no se dieron las cosas tuve la paciencia para esperar una segunda oportunidad que llegó en Herediano y ahora en Jicaral. Hace un año estaba llorando cuando boté el penal, pero un año después la vida me permitió celebrar con Heredia el torneo”, manifestó.
Con el Huracán de la Península, el creativo acumula tres anotaciones en 728 minutos disputados, además de ser titular indiscutible en el planteamiento del estratega Erick Rodríguez.
Álvarez recobró su buen remate de larga distancia, el fiel ejemplo fue su gol contra Universitarios en el que castigó a Daniel Cambronero desde la media luna.
“Sí pensé mucho venir acá, pero lo tomé como un reto, como una segunda oportunidad, sabía que era esta en la que debía hacer bien las cosas porque si no se podía complicar todo. Después de que venía de más a menos en Herediano, pues entendí que esta oportunidad es de crecimiento, vengo de dos equipos grandes a Jicaral, un equipo alejado de la capital. Es difícil, pero debo de hacerlo de buena manera”, comentó.
Una ventaja que tiene el jugador es que ahora está a hora y media de su padre y su madre, porque ellos viven en Playa Brasilito.
El jugador asegura que su mentalidad fuerte lo tiene en pie, porque después del golpe que se llevó vestido de rojinegro y lo que ahora ha tenido que hacer para jugar con Jicaral son situaciones que terminan afectando.
“Sí se puede decir que tengo la espinita de un equipo grande, por cómo salí de Alajuelense. Ahí sí siento que me faltó. En Herediano sí me sentí cómodo, no tuve un buen cierre, pero satisfecho por el campeonato. Pero si quiero volver a un grande para demostrar esa confianza que se me está viendo ahora”, relató.
Un elemento que el exrojinegro agradece es cómo su timonel lo ha tenido en cuenta, prácticamente, desde que debutó con la camisa jicaraleña.
“Soy mentalmente fuerte, pero también me tienen mucha confianza y eso me ha sacado mi mejor versión. La verdad yo estoy muy conforme con lo que hemos realizado y ahora solo queda continuar creciendo”, finalizó.
Freddy Álvarez termina contrato en este torneo con Herediano, equipo que lo mandó a préstamo al club puntarenense.
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