Alajuela Ricardo Blanco dejó de lado los berrinches y las calenturas en los partidos, por lo que se olvidó de las expulsiones absurdas.
Esto se debe, en gran parte, a su madre, Sonia María Mora, quien no dudó en regañar a su hijo de 27 años en procura de un cambio radical.
La edad no es obstáculo para que una mamá le dé una buena reprimenda a un hijo, y el jalón de orejas caló en Blanco, quien resintió que su progenitora prefiriera no ver sus partidos para no amargarse con sus constantes rabietas.
El volante dio un vuelco a su forma de ver el fútbol, acató los consejos y ahora pasa por su mejor momento deportivo.
De hecho, es el hombre más regular de Cartaginés, todo esto también gracias a la ayuda de su pareja, Brenda Calvo, y a su hija, Antonella, quien está cerca de cumplir un año, según afirmó el propio futbolista.
Incluso, Richi tiene 24 meses sin ver una tarjeta roja, y en el 2016 disputó 40 de los 44 partidos de los brumosos.
En este Verano 2017 contabiliza dos anotaciones.
“Mi mamá me me regañó porque me decía que no le gustaba ver mis partidos porque me enojaba y me salía del juego por cualquier cosa. Además, ahora tengo una hija que me cambió mi forma de ser, me ayudó a mejorar mi carácter y a disfrutar del fútbol; antes me estresaba demasiado”, indicó.
Blanco se enfoca en sonreír en el terreno de juego, le ve el lado positivo al deporte que más le gusta y dice sentirse muy satisfecho porque su madre ya observa sus actuaciones y celebra cada vez que anota.
“Ahora mi mamá disfruta mis partidos y me dice que le gusta mucho que ya no me enojo. Es algo que desde pequeño me pasaba, porque me molestaba con todo, hasta con mis papás. Cuando estuve en Saprissa y Herediano me expulsaban casi siempre y por eso aprendí”, manifestó el brumoso.
Ricardo ya igualó la cantidad de anotaciones que consiguió en el Verano 2016 y, por ende, se fija el objetivo de ir por más.
Dice que quiere aprovechar la confianza que le tiene el técnico Jeaustin Campos, quien lo ve como su hombre polifuncional, pues lo ha utilizado como lateral, volante mixto, volante por los costados y armador.
El blanquiazul dice estar muy cómodo en un equipo en el que le dan todo el respaldo.
“Uno nunca debe ponerse techo, siempre quiere verse mejor. La madurez me ayuda a tener un nivel más alto, pero tengo los pies bien puestos sobre la tierra, pues no me creo más que nadie cuando ando bien, ni tampoco menos cuando no estoy bien. Sigo con la misma humildad y trabajo porque me ha costado mucho”, concluyó Blanco.