Agustín Lleida es claro en que un equipo de fútbol no es un club social, o de amigos, sino que lo que debe predominar es el rendimiento.
Eso lo aplicó cuando comenzó la transformación de las ligas menores de Liga Deportiva Alajuelense y probablemente sea su estilo como gerente deportivo.
Cuando vino el remezón y cambió a 70 de las 180 promesas que tiene la Liga en sus divisiones menores, hubo temor entre jugadores y padres de familia, pero también despertó más compromiso entre quienes se mantienen.
“Ya son nueve años de estar acá y durante este tiempo hemos tenido varios cambios, pero nunca había llegado uno como este, desde el complejo, hasta la manera de trabajar. El método es diferente, fue complicado adaptarse porque tienen otra forma de ver cómo sacar la victoria”, manifestó Gary Andrés Leiva, quien juega con la Sub-17 de los manudos.
Comentó que al ver que durante este torneo hubo jóvenes que sumaron minutos en la Primera División, como Geancarlo Castro y Elian Morales, todos se motivaron.
“Uno se ve ahí, con esa oportunidad, pero en el momento en el que estuvieron sacando a jugadores, fueron momentos de nervios, de estar aquí y saber que en cualquier momento a uno le pueden decir que muchas gracias, pero es lo que conlleva estar en un equipo grande, hay que trabajar y dar la talla para seguir acá”, reseñó.
Su papá, Rudy Leiva, confesó que al inicio se sentía preocupado ante tanto cambio.
“La mayoría de papás hablamos con ellos, les dijimos que la cuestión era complicada, que se iban a quedar los mejores y depende del esfuerzo para que se ganen el cupo y partido a partido es igual, tienen que ponerle, porque los están supervisando”, indicó.
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Josimar Alcocer es delantero, también juega con la Sub-15 y es seleccionado. Después de un partido contra San Carlos, en el Centro de Alto Rendimiento en Turrúcares, contó a La Nación que le dolió ver cómo muchos muchachos se fueron, pero que “eso nos compromete más, porque en cualquier momento lo llaman a uno a la oficina para decirle que todos estos años no sirvieron de nada y eso nos hace exigirnos más. Yo sé que tengo que ponerle para seguir aquí”.
El papá del atacante, don Oldemar, contó que él se reunió con Lleida.
“Realmente las cartas que él me puso son buenas, mi hijo está en un buen proceso, es seleccionado U-15 y ha ido poco a poco formándose y le ha ido bien. Ahora viene la etapa más dura, el último cartucho donde se ve de qué están hechos. Si don Agustín lo acogió es por algo, aquí están los mejores”, mencionó.