Saprissa olvidó cerrar la puerta de atrás cuando ganaba 1-0. Justo en los instantes en que más se impone echar el cerrojo, uno de sus jugadores –Saúl Phillips– ejecutó mal un movimiento de achique y propició la igualdad rojiamarilla.
Tampoco es que los heredianos no lo merecieran. Hicieron un gran primer tiempo y reaccionaron con hidalguía cuando se vieron abajo en el marcador.
Mas, las mejores llegadas de este agradable partido estuvieron en el bando tibaseño. Incluso, con la pizarra a su favor el cuadro local dispuso de un par de opciones que hubieran liquidado el encuentro por anticipado.
Lo de Herediano, sin embargo, no fue asumir el papel de víctima. El equipo de Carlos Watson nunca se dio por menos, y cuando se vio contra la pared transformó el andamiaje ofensivo hasta convertirlo en una triple punta de lanza.
El cuadro visitante demostró estar en capacidad de competir en cualquier escenario. Ya había dado cuenta de Alajuelense, también como visitante, y ahora logra salir del Ricardo Saprissa con un resultado que debe considerarse más bien positivo.
Fue un duelo que mutó constantemente de protagonistas y zonas de juego, conforme el ajedrez de los minutos iba pasando.
Carga repartida. Herediano volvió a plantar su esquema de responsabilidad compartida en media cancha: en vez de depender de un solo volante, la carga se reparte entre Cristian Blanco, Mauricio Alpízar y lo que pueda ayudar Félix Montoya desde atrás.
Saprissa, en cambio, requirió del aporte de Wálter Centeno, el mejor canal para taladrar hacia el marco visitante, sobre todo porque Celso Borges no hacía su mejor partido hasta el minuto 62.
Pero en ese momento, el mundialista sub 17 de Perú rescató un balón en media cancha y soltó un latigazo que Adrián de Lemos envió al saque de esquina.
Con los brazos en alto, Celso arengó al público para que los apoyara. La gente se entusiasmó y un minuto después estaba cantando gol, gracias al cobro de Wálter Centeno que se coló en el arco.
Por segundo juego consecutivo, los florenses admitieron un gol “olímpico”, otro inaceptable descuido de su parte baja.
Watson tuvo que recomponer su sistema. Kénneth García ingresó para apuntalar la cintura, en lugar de Alpízar, y Drummond pasó a ser la tercera pieza de ataque.
Saprissa montó contragolpes que le pudieron dar un 2-0 definitivo, pero esa segunda anotación se les negó al menos tres veces.
Hasta que, sobre el final, Drummond se encontró un balón en el área (habilitado por el error de Phillips al salir) y decretó la igualdad.
Hubo mérito del gemelo, aunque los morados olvidaron cerrar la puerta de atrás. Pero quizás lo más justo era el empate para un Herediano que no se sintió menos.