Era 2004, Óscar Duarte jugaba en las divisiones menores del Saprissa, pero la transición del equipo morado a la administración de Jorge Vergara ya se estaba gestando, y con esto, la determinación de que el Saprissa solo tendría jugadores costarricenses. Duarte era nicaragüense.
Ante esto, la preocupación invadió a doña Walkiria Gaitán, mamá de Óscar, quien no sabía qué pasaría con su hijo y todos los esfuerzos que habían hecho como familia para mantenerlo en el Monstruo. En ese momento, apareció un héroe en la vida de aquel juvenil: José Giacone, el hoy elegido para dirigir al equipo ante la salida de Vladimir Quesada.
Giacone se atrevió a mantener a Duarte practicando con su categoría “camuflado”, mientras resolvían el tema extrafutbolístico. También fue quien le pidió a la mamá de Óscar toda la documentación y llevó el caso hasta el gerente deportivo de ese momento, Jeaustin Campos, para que acelerara los procesos de nacionalización.
“Vea, Óscar estaba fuera, pero él (Giacone) me llamó por aparte y me preguntó cómo iba el tema de la nacionalización”, recordó recordó Walkiria. “Yo le dije que teníamos los documentos, pero no habíamos tenido la oportunidad de hacerla. Al final, él me pidió todo el papeleo y al mes estaba todo resuelto. Óscar siguió en Saprissa”.
Dennis Castillo, compañero de Óscar en aquel momento, recordó que los momentos que vivió el joven fueron difíciles, sobre todo porque él quería seguir en Saprissa.
“Vea, José Giacone le salvó la carrera a Óscar Duarte, y eso es así de sencillo”, externó.
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Óscar Duarte dedicaba sus entrenamientos a hacer trabajos consciente que no podría competir hasta que su situación se regularizara, pero siempre confió en Giacone como su ‘ángel’ ante la situación.
Por su parte, Jeaustin Campos expresó que cuando Giacone le comentó la historia y el potencial que tenía Óscar Duarte, no dudó en moverse a nivel administrativo para lograr que el jugador no se fuera de Saprissa, muy a pesar de la regla impuesta por Vergara en concordancia con el ADN de Chivas, con solo jugadores mexicanos.
“Teníamos un problema con Óscar Duarte y otro con Yader Balladares. Me acuerdo perfectamente de recibir a José para hablar y ver cómo nos los quedábamos. José a mí me insistió muchísimo en que debíamos mantener a Duarte; de verdad él creía en el talento del jugador”, recuerda Jeaustin Campos.
Desde entonces la carrera del zaguero y el entrenador ha estado unida de alguna u otra manera. Ellos se vieron en Nicaragua, porque el jugador visitaba su país y Giacone dirigía Diriangén; además siempre hubo un agradecimiento de ambas partes por las experiencias vividas.
“Nosotros siempre hemos tenido un respeto muy grande por él y él también siempre se acuerda de nosotros. Ahora que él estuvo en Diriangén compartimos por un buen rato cuando fuimos a ver al equipo. La verdad, es que José siempre estuvo para Óscar”, acotó Walkiria Gaitán, mamá del deportista.
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Veinte años después, la historia ya fue escrita: Óscar Duarte se convirtió en uno de los referentes del fútbol de Costa Rica y uno de los mejores defensas de su historia. Jugó en España en equipos como el Espanyol y el Levante. También marcó un gol trascendental en Brasil 2014, al anotarle a Uruguay en la victoria 3 a 1; su tanto de cabeza, de zambullida, sin ángulo para anotar puso en ventaja a la ‘Sele’ (2 a 1).
Hoy, la vida volverá a reunir a Óscar y a José, como hace dos décadas en el Ricardo Saprissa, para defender la camiseta morada. Giacone cuenta con líder en su nuevo camerino en el que él siempre creyó al punto de proyectarlo a ser una leyenda de la S.
Aunque aún no ha sido anunciado oficialmente por el Saprissa, La Nación confirmó con fuentes bien enteradas sobre la elección del club y la decisión del técnico que José Giacone dejará el Diriangén y llegará esta semana a Costa Rica atraído por el llamado del Monstruo.