Saprissa asumió la cima del Verano con una inapelable victoria de 4-0 ante una versión muy desteñida de Carmelita.
El de anoche fue uno de esos juegos en los que, salvo una sorpresa, se cumplió la teoría de que el equipo con más recursos terminó aplastando la voluntad del más limitado.
Los rostros de los técnicos reflejaron lo que pasó en la grama. Con los brazos cruzados y atento a los movimientos, Carlos Watson observó con serenidad cómo sus pupilos cumplían el trámite de arrollar a un cuadro verdolaga cargado de deficiencias.
En la caseta de visitante, la impotencia de Daniel Casas, tapándose el rostro constantemente, quedó más que retratada por la forma en que la S aprovechó las grietas de su muro defensivo.
Los cuatro goles describieron la virtud de los artilleros al moverse en el espacio y dejar atrás a sus celadores para sacudir los mecates. Y también evidenciaron por completo que la defensa rival tuvo una pésima noche.
En el 1-0, al minuto 10', Mynor Escoe se avivó y con un puntazo ajustado, logró abrir la cuenta.
Después, David Ramírez se metió entre dos zagueros y, sin dejar caer el balón, venció la resistencia de Víctor Bolívar, el menos culpable de la paliza recibida porque, sencillamente, sirvió de tiro al blanco en su antigua casa.
En 20 minutos, el Monstruo inclinó por completo la balanza de su lado y encaminó una victoria previsible a todas luces.
El equipo saprissista aprovechó las bondades de un rival que envió señales de fragilidad y que por momentos se entregó a la suerte al verse contra la pared.
A los carmelos hay que reconocerles que cuando pisaron el área tibaseña, causaron algunos sobresaltos, mas sin ser tan contundentes como para poner en riesgo el arco de Danny Carvajal.
Lo mejor de la noche salió de las botas de David Ramírez; en el minuto 58, el atacante concretó un golazo de chilena que puso de pie al público que pobló las gradas del Ricardo Saprissa.
La diana sirvió para confirmar que el comienzo del campeonato le está sentando bien al hombre señalado como el sustituto natural de Ariel Rodríguez.
Para cerrar la tunda, Dylan Flores desvió un centro de Ulises Segura que exhibió de nuevo la displicencia visitante.
El compromiso se prestó para que el exliberiano Cristian Martínez metiera sus primeros apuntes con la camiseta morada. Lo hizo bien, tocó con seguridad y no desentonó. El duelo sirvió, además, para que el exrojinegro Diego Calvo debutara, aunque sin llegar a ser sobresaliente en los 19 minutos que estuvo en el césped.
Con nueve puntos, los morados encabezan la clasificación y defenderán la cima este sábado ante Herediano, que le respira a dos puntos de distancia.
Esa será la primera gran prueba del campeón ante un retador con heridas abiertas.