Shirley Cruz: ‘Decirle que no a la Liga es como decirle que no a mi mamá’

Será este viernes a eso de las 7 p. m. cuando Shirley Cruz tenga su primer contacto real con la afición manuda convertida en la nueva jugadora de Liga Deportiva Alajuelense Codea.

Antes de eso, habrá una conferencia de prensa con la futbolista y con el presidente del club, Fernando Ocampo.

Luego vendrá la presentación de las integrantes del equipo Alajuelense Codea, ante la afición, aprovechando que a partir de las 7:30 p. m., la Liga se enfrentará a Grecia, en la jornada 17 del Apertura 2019.

Alajuelense oficializó el jueves por la tarde una noticia que le erizó la piel a más de uno en el año del centenario del club. El sueño de muchos se hizo realidad, porque la verán en el Morera Soto, en las canchas del Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares y en otros escenarios portar la cinta de capitana con la camiseta 10 rojinegra.

Desde ese momento, la volante que dos veces fue campeona de Champions League apuntó en sus redes sociales que quería decir mucho, pero que se tomaría un momento para acomodar ideas y plasmar bien en un mensaje todas esas ideas que le pasaban por la mente.

Este viernes, la máxima referente del fútbol femenino tico hizo público ese mensaje, en el que confiesa que estaba decida a retirarse, pero que una llamada del equipo de sus amores hizo que todo cambiara. Ese mensaje puede leerlo a continuación:

¿Por dónde empezar cuando te sientes así? Estoy realmente realizada de poder llegar a defender la camisa del equipo que amo, el club que hemos apoyado toda la vida, porque desde niña el paseo familiar del fin de semana era venir a La Catedral, a sentarnos en popular y disfrutar de buen fútbol, sin espacio para lujos, bien desayunados desde la casa para no antojarse de un pastel o un patí, había que ahorrarle a papi el gasto de traernos a todos.

Los domingos era el día que más temprano me levantaba, la ansiedad de estar en la cancha me hacía ser la primera en estar lista, con la rojinegra pegada al pecho y la bandera cubriéndome la espalda, era mi día sagrado y hasta el día de hoy lo sigue siendo.

En el Morera Soto me enamoré del fútbol, mientras pateaba una caja de jugo en los pasillos me imaginaba tirando una pared en media cancha, cobrando un tiro libre en un clásico o celebrando un gol frente a la popular, frente a mi familia, frente a mi gente.

Porque eso es la Liga: Su Gente, estuve más de 10 años en Europa y seguía sintiendo su calor, me acostaba tarde por ver los partidos y sufría las derrotas como si fuera yo la que estuviera en cancha y en las victorias…. de las victorias les pueden hablar mis vecinos en Lyon o París, los que me escuchaban gritar como una loca, principalmente si eso implicaba ganarle una apuesta a mis amigos morados.

Volví al país para retirarme, para dedicarme a los estudios y darme un tiempo para mí, quizá en el proceso dar mis últimas batallas con la selección, ayudarlas en el Panamericano y Preolímpico y disfrutar esa sensación por última vez, pero una llamada cambió todo.

Decirle que no a La Liga es como decirle que no a mi mamá, rechazar mis creencias y darle la espalda a mi familia. Se lo debía a ellos, me lo debía a mí.

Así que acá estoy con la misma ansiedad que me daban los domingos de fútbol en la Catedral, lista para devolverles en la cancha un poquito de lo mucho que ustedes me han dado.