El telón cayó tres veces en el Apertura, esto apenas despunta, es de altísimo riesgo para la credibilidad animarse al primer balance, pero el fútbol todo lo puede y aquí vamos.
La Liga lidera para delirio de su gente que extrañaba esta sensación, pero no es bueno confiarse pues la cima es coyuntural y todavía falta para creer a ciegas que durará.
Lo complicó Guadalupe en el arranque del torneo (1-1), desde las raíces de la modestia, el conocimiento del juego de su técnico, ´Geiner Segura, y lo patentó Herediano en el Morera.
Ante el Team debió ser 2-2, con el mérito decantado del lado visitante, que se sobrepuso al 2-0 parcial con cambios inteligentes que el banquillo erizo no supo neutralizar.
Pero la impericia del juez vio penal en el epílogo, encendiendo la ira entendible de Jafet contra el arbitraje que materializó un 3-2 inmerecido que sirvió para saltar al liderato.
El campeón no la pasa bien, pese a que en el estreno batió al Saprissa y dio la sensación de que estaba para alzar vuelo temprano, aunque La U tenía otros planes y lo bajó en el Carlos Ugalde (1-2).
La cosa tomó visos de “minicrisis” en el Fello Meza, con la derrota de 1-0 injusta porque al menos debió rescatar un punto si en aquel mano a mano entre Escoe y Parker, el punta acierta en la red.
San Carlos tiene que sacudirse del estigma que persigue a los campeones no tradicionales de torneo cortos, tipo Liberia, Pérez, Puntarenas, que alzan la copa y se trepan al podio, pero después extravían el rumbo.
Cartaginés pudo hacerle 8-0 al Santos en la primera fecha, desquitarse de todas las amarguras en que lo sumió durante los últimos torneos, pero sus delanteros se empeñaron en agrandar a Forvis, un proyecto de arquerazo que debe corregir su propensión a fingir lesiones y perder tiempo cuando el juego despunta.
Los de Guápiles se redimieron en casa con una paliza al Saprissa (4-0), que combinó acierto en la red del jamaiquino Javon East y cierta astucia táctica de su estratega, que en sesiones magistrales de video mostró a sus jugadores como se desarma el “tiqui taca” morado en el fondo.
Centeno venía de hacerle 3-0 al Pérez en Tibás, en un extraño partido en donde los del sur jugaron con la audacia subida a la cabeza, pactaron con el toque y pusieron al Monstruo contra la pared en tres ocasiones desaprovechadas, que luego terminaron en su propia red.
El Grecia de Arnáez pinta: retomó el toque, la alegría, el gusto por el juego y, sin el lirismo de las épocas de Paté, se blinda mejor en el medio y se larga en busca del gol con un juego profundo y contundente.
Jicaral aprendió a sumar en casa muy rápido. Ya tiene 4 unidades, desempolvó a ese “9” alfa llamado Cristian Lagos que se enquista entre los centrales para ganarles a punta de fuerza y descarga esa derecha demoledora que siempre apunta a la red.