En 42 años de trabajar con Liga Deportiva Alajuelense, Víctor Mingo Reyes atesora un sinnúmero de situaciones importantes que se han gestado alrededor del club y que nunca saldrán de su mente.
Quizás, cosas que ni siquiera llegaron a darse, como cuando Jafet Soto estuvo a nada de vestirse de rojinegro, pero se arrepintió a última hora. Su corazón rojiamarillo no se lo permitió.
“Tengo buena amistad con Jafet Soto. Lo saco a relucir porque cuando jugaba en México yo lo iba a traer a la Liga y digo yo no por yoísmo, sino porque yo lo contacté con don Rafael Ortiz, le dije la posibilidad de traerlo y ya tenía todo para que Jafet Soto llegara a la Liga”, recordó Víctor Reyes en el Podcast ‘Corazón Manudo’.
No fue una situación específica que se consultara, sino que fue una de las tantas anécdotas que aguarda y eso se le vino a la mente.
“Era un icono del Club Sport Herediano como lo es ahora y llegando cerca del aeropuerto me llamó Jafet de un teléfono público, porque cuando eso no había celulares. Y me dice: ‘Víctor yo le agradezco mucho, pero yo me voy a devolver. Yo no puedo firmar con Alajuelense, yo soy muy herediano’”.
Víctor Reyes reiteró que sacaba a colación lo sucedido esa vez con Jafet Soto para ponerla como un ejemplo de que con todas las instituciones y con todas las personas del fútbol se lleva bien, y hay que darles un buen trato.
“Porque de todos los equipos nosotros vamos a necesitar. Si bien la competencia se da dentro del terreno de juego, afuera tenemos que brindar lo mejor de cada quien para sacar el resultado y sobre todo dar un buen servicio y la parte humana para mí es esencial en la vida”.
En ese podcast, que también se transmite en FUTV, Víctor Reyes relató que en 1980 él vivía cerca del Estadio Alejandro Morera Soto y pasó a un entrenamiento.
La Liga contaba con jugadores de la talla de Enrique Vásquez, Álvaro Solano, Rodolfo Mills y Javier Jiménez, a quien considera el mejor futbolista que él ha visto, sin que ningún otro se le ofenda.
“Fui a un entrenamiento, me brinqué la malla, junté las bolas y me puse a lavar los tacos y las bolas del entrenamiento, sin saber que ese sería el inicio de una trayectoria en la institución”, recordó.
Admite que fue un poco atrevido, pero se fue donde Santiago Jiménez a decirle que quería ayudarle, pero Álvaro Vega, que cuidaba la cancha, le indicó que se fuera.
“Yo lo que quería era estar cerca de los jugadores, ya ellos me permitían estar en la puerta de ingreso a los camerinos, que era algo atípico. Yo pude estar”.
Poco a poco se iba ganando el cariño de todos. Un día los mismos jugadores lo metieron a escondidas a un bus para que fuera al partido de la Liga en Turrialba.
Estando allá, tan lejos, ‘Mingo’ ya era uno más del grupo. Y poco después, Alajuelense lo contrató y desde entonces han pasado 42 años.