—¿Qué se dijo en el camerino?
—El fútbol es el fútbol: en unos momentos se gana, en otros no. Estamos dolidos, porque queríamos acceder a la final de esta cuadrangular, pero este camerino está lleno de ganadores, de gente de experiencia que han ganado muchos campeonatos y saben que esto puede pasar. Dolidos, pero desde ya pensando en que tenemos que jugar una final en 18 días que tenemos que ganar.
—¿Cómo definieron quiénes lanzaban los penales?
—Después de cada entrenamiento, los muchachos se quedan por su cuenta practicando penales. Llevamos una estadística de quiénes los cobran mejor y en algunos momentos preguntamos a los jugadores para ver quiénes se sienten mejor anímicamente para lanzar los penales.
—¿El parón de 18 días, perjudica o beneficia?
—Las dos cosas, nos para un poco el ritmo pero igual nos permite recuperar jugadores que recibieron muchos golpes como Angulo. Ya tuvimos una experiencia, cuando paramos por la Selección, y el equipo supo aprovechar.
—¿Por qué sacó Angulo, tratándose de uno de los cobradores fijos cuando vienen los penales?
—Lo dije anteriormente: lo de Marvin Angulo es sitemático. Se turnan (los rivales) para pegarlo y ver cómo lo disminuyen y lo sacan del juego. Hizo un gran esfuerzo, asimiló demasiados golpes. Recibe muy poca protección y tuvimos que cambiarlo: estaba muy dismuido.
—¿A quién prefiere como rival en la final: Herediano o Alajuelense?
—No me voy a poner a escoger. Nosotros solo nos vamos a preparar para enfrentar a un gran equipo y para ganar esa final.
—En el juego anterior Herediano fue superior; esta vez se vio un equipo muy diferente. ¿Por qué tanto cambio de un juego a otro? ¿Pesa tanto la localía?
—Entre las cosas que nos decía el profesor Mujica, normalmente hay un partido en la temporada para el olvido. El sábado pasado fue ese partido para el olvido. Por eso, antes del partido un periodista me preguntó que por qué jugaban los mismos jugadores del sábado. Yo le dije que son los mismos que en los seis últimos patidos de la etapa de clasificación ganaron cinco y empataron uno, un equipo que se vio solvente, con un juego agradable, bien jugado; entonces no entendía por qué tenía que cambiarlos. Eso son cosas que suceden.