Se vivió el primer clásico del Apertura 2023 y Alajuelense resultó ganador (2-1). El partido traía morbo y lo mantiene para el siguiente en la Cueva. Los fichajes de Joel Campbell y Michael Barrantes le pusieron un ingrediente extra, todavía más cuando el atacante adelantó en su presentación, hace dos meses atrás, que esperaba con ansias jugar el duelo que paraliza al país.
El partido fue bueno en términos generales, pero como todos, tuvo cuestionamientos principalmente por los saprissistas, encabezados por el técnico Vladimir Quesada, quien resultó ser selectivo con la crítica en medio del mal sabor que deja la derrota.
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El técnico morado se colocó frente a los micrófonos de la sala de prensa del Alejandro Morera Soto, y con un tono plano de voz disparó: “Esto es fútbol, tratamos de hacer las cosas bien y así fue, porque al final el partido lo definen las manos: a nosotros nos pitaron un penal en contra por una mano y a ellos no les pitaron una mano dentro del área, que era penal para nosotros. Las manos hicieron la diferencia”.
La acción de la que habla Quesada fue al final del juego ocurre cuando el manudo Ian Lawrence marcaba al saprissista Kliver Gómez y el balón le pegó en su mano al cierre del partido. Los dos van codo a codo y los dos levantan su mano derecha, el balón pega en la extremidad del manudo. Sin embargo, el línea Octavio Jara creyó que el esférico primero había tocado la mano del morado y marcó a favor de Alajuelense.
La perspectiva le jugó en contra al línea.
Confusión o no, la acción en la que el balón le pegó en la mano a Fidel Escobar fue más clara que la acción controversial en la que Quesada justificó su derrota.
Limitar el por qué perdió el Saprissa en solo esta acción resulta ser muy selectivo y, a la misma vez, conveniente.
Si basamos el análisis en lo que dejó de marcar el árbitro, podríamos recordar que el defensor Kendall Waston debió salir expulsado, en la primera parte del juego (al 20′), por su barrida a los tobillos de Joel Campbell donde solo recibió la tarjeta amarilla. O bien, la falta que daba para su segunda tarjeta amarilla donde bajó a Joshua Navarro en el perímetro del área en la segunda mitad.
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El arbitraje no fue el mejor, sobre todo en la segunda parte. Afectó a los dos equipos y al espectáculo. Aunque le resalto a William Mattus que intentó no pitar cualquier cosa y dejar jugar.
Vladimir Quesada fue selectivo a la hora de hablarle a su afición sobre el por qué no ganó el clásico. Minimizó a un rival que fue mejor en el campo, sobre todo en los primeros 14 minutos de juego. Después de ahí, los dominios de uno sobre otro fueron repartidos.
Vladimir Quesada: no se puede ser selectivo al momento de justificar derrotas o victorias. Y la afición también esperará que cuando el equipo gane un juego por un beneficio arbitral, el técnico se tome el tiempo para reconocerlo.