Ni se inmuta. Los insultos atrás no cesan, pero hace de oídos sordos. No los determina. Ni una sola mirada. Conversa con Víctor Cordero y con José Francisco Porras y está un paso al frente de ellos, al puro costado de la línea de cal.
El crédito parece que se acabó. La desesperación llegó al Monstruo de mil cabezas. Un sector de la afición quiere sentencia: no más Vladimir Quesada al frente de Saprissa.
Pero... ¿cómo comenzó todo?
Luego del revés contra Limón en el que el plantel tenía ventaja 1-2 y finalizó con derrota 3-2, la hinchada comenzó a hacerse sentir en el Facebook oficial del club.
Posteriormente, tras la estrepitosa caída ante el América (1-5 en la Cueva), gran parte de los seguidores corearon: “Centeno, Centeno”, en alusión a contratar al ídolo morado.
Quesada tampoco la pasó bien en el Ebal Rodríguez contra el Santos de Guápiles. La cercanía con la grada hizo que aficionados se metieran con él. Incluso, con insultos pasados de tono. No faltaron las críticas por aún no tener la Licencia A que lo acredita como técnico de Primera División.
Luego de que Randy Chirino falló un mano a mano con el portero Bryan Morales, Johan Venegas estrelló el balón en el palo y Jaylon Hadden lo envió al saque de puerta, un aficionado se acercó a la malla y gritó: “Meta a Evaristo Coronado mejor”.
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El juego estaba cero a cero y Vladimir estaba un paso adelante de Cordero en el banquillo. Se giraba y conversaba con él, pero poco, mientras este último también daba indicaciones.
Con el gol de Pablo Arboine la frustración volvió a llegar a la inclemente grada morada: “¡Con ese equipo le meten 10 en México!”.
En ese momento, Quesada movió sus hombros para atrás con sus dientes apretados como intentando quitarse un Monstruo de mil cabezas de encima.
Además, los hinchas imploraban cambios y externaron su disconformidad con Jaylon Hadden y Jordan Smith. Hadden no hizo un pase hacia adelante en todo el partido —todos fueron para atrás o al costado—. No verticalizó el juego. Mientras, Jordan parecía desconcentrado.
Entonces apareció la recriminación en el tema de la Licencia A, de la que carece Quesada para dirigir en Primera División.
“¡Aprenda a entrenar!” y “¡para cuándo la licencia!”, fueron algunos de los gritos que se escucharon.
Al finalizar el juego, Vladimir salió junto a Cordero. Llevaba su pizarra en la mano, esa que vio durante tantas veces durante los 90 minutos, pero que en la cancha sigue sin verse, según el mea culpa de su asistente en conferencia de prensa.
Este medio le consultó puntualmente a Víctor Cordero: con la planilla que tiene Saprissa, es para que se vea otra cosa en el campo. ¿Faltan ideas en el cuerpo técnico?
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Y esta fue su respuesta: “Creo que cuando suceden situaciones como las de este partido, los responsables somos nosotros porque somos los guías en los juegos, y a partir de este planteamiento es que los jugadores se sienten bien dentro de la cancha. Tenemos que seguir optimizando las capacidades de todos los integrantes del equipo y permitir que se sientan con confianza para enfrentar a cualquier rival. Tenemos una planilla muy capaz y tenemos que darles argumentos para que puedan plasmarlos en la cancha”.
La Nación quería consultarle a Vladimir Quesada sobre su relación con la afición, pero este no puede brindar declaraciones como técnico de Saprissa posterior a los juegos, pues está inscrito como estadígrafo.