¿Y si metiera goles? ¿Y si hiciera amagues, pausas, gambetas, taquitos, jugadas de pared al estilo de los más técnicos? ¿Y si fuera atacante? Si Yeltsin Tejeda tuviera otro rol, no el de peón corajudo, de rasparse las nalgas, meter pata, chocar, levantarse, barrarse y levantarse otra vez, no tendría mucha competencia como candidato a Jugador Más Valioso del Apertura 2021. Ni si siquiera el rejuvenecido, reposicionado y recontratado Christian Bolaños le arrebataría el galardón.
En cambio (y acepto de entrada que perdí en la votación), en Puro Deporte elegimos democráticamente al volante morado como el mejor del certamen. Mal perdedor, solo me lo explico con la posición poco vistosa, a veces inadvertida del contención de Herediano. Y no es que a Bolaños le falten méritos, ¡para nada!, sino que al florense le sobran batallas ganadas.
Bolaños merece el aplauso tan solo por mantenerse a los 37 años reinventando su fútbol, corriendo con inteligencia, marcando goles (6) y sirviendo asistencias (4). De eso, le debe un poco al técnico Iñaki Alonso, quien lo rescató de dos escenarios incómodos, uno meramente emocional y el otro táctico-estratégico. El primero, más que evidente, la incomodidad de Bolaños en los tiempos de Mauricio Wright; el segundo, pero no menos desfavorable, su juego por los costados, donde jóvenes rivales sin tanto talento pero con más ida y vuelta podían cada día más diezmado.
Con los elogios de Iñaki y un juego más centralizado, Christian Bolaños se lució con paredes, balones filtrados, llegadas desde atrás, con Jimmy Marín como su gran socio. Hasta se entregó en la marca, sobre todo cuando el premio era recuperar la pelota cerca del área rival. Le bastó jugar el 61% de los minutos del torneo para que muchos, incluyendo la mayoría de mis compañeros en La Nación, lo consideraran el mejor del certamen. También lo sería para mí, de no ser porque Yeltsin Tejeda merece un reconocimiento, en nombre de todos aquellos que no salen en portada a falta de goles.
Si Herediano salió trece veces del terreno sin haber recibido gol, buena parte se la debe Tejeda. A Jeaustin Campos también, por supuesto, y al gran torneo del arquero Bryan Segura y a la defensa con Keyner Bronw y Luis Miguel Basulto y a este y al otro, pero especialmente a ese peón que junto a Orlando Galo parece dispuesto a dejar el pellejo en cada partido. Presente en diez de esas 13 vallas invictas y protagonista en el 63% de minutos jugados por el Team, Tejeda logró en la final la recompenza, ese golazo que marcó la diferencia.
No recuerdo un volante de contención elegido como el mejor del torneo, pero Yeltsin Tejeda hizo todo para merecerlo. No encuentro dónde pierde la batalla con Christian Bolñaños, el otro jugador más influyente de la temporada. Tal vez si fuera delantero delantero...
Se graduó en la UCR, debutó en la revista Triunfo, hizo carrera en Al Día y hoy, con 30 años de periodismo, vive el partido de pie, al lado de la línea, como estratega de la sección deportiva de La Nación. A veces desearía entrar al campo como en los tiempos del Mundial Corea-Japón 2002 o los Olímpicos Londres 2012, pero lo suyo es hoy el banquillo
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