Rosario, Argentina. Keylor Navas tiene los guantes listos: el histórico arquero de Costa Rica prepara su regreso a la Sele. En entrevista exclusiva con La Nación, el guardameta abrió la puerta a un retorno a la Tricolor.
Por primera vez desde que anunció su retiro de la Selección, en mayo del 2024, Navas admite la posibilidad de revertir la decisión y aseguró que está dispuesto a conversar con el entrenador Miguel “Piojo” Herrera, quien a su vez dijo que quiere hablar con el guardameta sobre su regreso.
Keylor se retiró de la Sele, según explicó a La Nación, motivado por temas personales —que prefirió no detallar—, no deportivos. Solo dijo que había situaciones que lo tenían “totalmente desgastado”.
“Para nadie es un secreto que la Selección es la Selección. Yo había tomado una decisión de estar fuera de la Selección; estaba pasando una etapa complicada y difícil de mi vida... Pero no sé los planes que tiene el entrenador y demás. Si me llama y hablamos, pues lo haremos y veremos qué pasa”, afirmó el guardavallas, abriendo la posibilidad del regreso.
La Nación conoce que existe un fuerte interés de parte de la Federación Costarricense de Fútbol para que Keylor vuelva a vestir la camisa de la Selección, sobre todo porque el arquero tiene la trayectoria y el liderazgo necesarios para hacerle frente a una eliminatoria mundialista. Costa Rica tendrá su próximo reto cuando dispute el repechaje para la Copa Oro contra Belice el 21 y el 25 de marzo.
Navas atendió a este periódico personalmente el pasado lunes 17 de febrero, en la ciudad de Rosario, Argentina, donde actualmente milita con el Newell’s Old Boys.
Entrevista Exclusiva con Keylor Navas en Argentina
Además de ilusionarse con un posible retorno a la Tricolor, el guardameta repasó su presente deportivo y su trayectoria, cuyo punto de inflexión estuvo en el Mundial de Brasil 2014. En ese torneo, compartió con una generación que, además de la gesta en suelo brasileño, logró clasificar a Rusia 2018 y Qatar 2022.
De aquel grupo, varios líderes ya colgaron los tacos: Bryan Ruiz y Christian Bolaños, mientras que otros siguen en Costa Rica: Óscar Duarte y Celso Borges. Los tres capitanes de esa generación eran Ruiz, Navas y Borges.
-¿Cómo vivió la salida de Bryan Ruiz, Christian Bolaños, Celso Borges y Óscar Duarte de la Selección de Costa Rica? ¿Le generó nostalgia?
-Uno no sufre porque se vayan como compañeros, porque yo, Dios primero, los seguiré viendo, pero sí es triste por la clase de jugadores que fueron cuando estuvieron ahí. Ellos daban todo, eran jugadores para el grupo, no actuaban según sus deseos personales.
‘Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde’
Si algo destaca el arquero de Newell’s Old Boys —quien defendió el arco de Costa Rica en cuatro procesos mundialistas: 2010, 2014, 2018 y 2022— es la unión que existió en aquel liderazgo y cómo lograron encaminar al grupo hacia la disciplina y el orden.
“Hoy en día, lamentablemente, si jugué bien y perdimos, se dice: ‘Me salvé’. Con ellos era diferente, porque estábamos para apoyarnos, buscando el bienestar del equipo y la Selección. Cuando se pierden jugadores como ellos, no solo es el talento sino los valores y el espíritu del equipo lo que ayuda a que esa unión sea tan fuerte que, con trabajo, llegue el bienestar colectivo”, acotó.
-¿Siente que se le ha dado el respeto que merece la Selección de Brasil 2014?
-Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde... En esto, es algo del fútbol... Esos momentos que vivimos como Selección son momentos que, en todos los años, si uno pudiera volver, al menos los disfrutaría más. Costa Rica siempre ha tenido buenas selecciones, siempre hemos disfrutado, pero lo de Brasil es algo único. Ojalá se repita porque eso demostraría que estamos creciendo. Uno siempre quiere que la Selección esté bien y disfrute, pero a esa generación no sé si se le dio el valor o no. Conforme pasen los años, creo que se recordará y se hablará más de lo que pasó.
-¿Cómo vivió esos seis meses de inactividad?
-Al principio fue complicado, porque tenía una rutina de vida diferente, pero hoy me doy cuenta de que Dios permitió eso porque lo necesitaba. Lo necesitaba tanto física como mentalmente. Yo llegué a un momento donde estaba agotado mentalmente... Pasé lesiones bastante complicadas.
-Usted no es de contarlo, poca gente supo qué era lo que realmente pasaba...
-Nunca fui de poner la foto ahí saliendo del quirófano y esas cosas. Ahora, sí puedo decir, es que mi cuerpo y mente necesitaban un respiro. Yo quería seguir, tuve equipos; es más, yo firmé con un equipo en el cierre (del período de inscripciones), pero por el tema de horarios no me pudieron inscribir y no se dio. Ya hoy, pasando todo lo que pasó, puedo decir que necesitaba ese espacio para recargar baterías, sentirme físicamente sólido. Cuando usted está bien físicamente, todo se reactiva. Esto pasó de una experiencia negativa a ser los mejores seis meses. Como familia, teníamos 15 años de no estar en Costa Rica tanto tiempo. Pude hacer cosas que no podía normalmente. De algo negativo llegó algo muy, muy positivo.
-Usted pasó 10 años en la élite del fútbol: cuatro en el Madrid y seis en el PSG. ¿Qué tan difícil es estar en ese ambiente?
-Sí es complicado. Los primeros meses son de muchísima presión. Ahí uno siente un cambio, pero después uno se acostumbra. La presión nunca se va, pero su mente, su personalidad y corazón ya están acostumbrados a eso. Mientras uno pasa ese proceso, es complicado, pero una vez que llega, es como ir al gimnasio, el cuerpo se adapta. En el fútbol, los niveles de presión son altos.
-¿Le molesta que la gente lo juzgue por percepciones o sin conocer verdaderamente lo que pasa con usted?
-Como todo ser humano, cuando se dicen mentiras de uno, pues uno se siente triste. Pero también llega la parte en que uno, como ser humano, sabe quién es. Cuando los tiros van por otro lado, yo no puedo controlar a todas las personas, pero sí puedo controlar mi mente y corazón. Entonces, siempre tratamos de no ver a la gente con rencor, ni mucho menos. Cuando las personas hablan muy feo de otra persona y demás, más bien la pregunta que me hago es: ¿qué está pasando esa persona por dentro para expresarse de esa manera? Yo trato de no llevar esa carga que no me toca.
-¿Ha llorado por fútbol?
-Sí, he llorado por fútbol, pero no me acuerdo por cuáles partidos (risas). No me quiero acordar de eso. Siempre hay partidos que duelen. Uno ha sufrido mucho, sobre todo cuando tiene alguna lesión y se pierde cosas importantes. Hasta un simple dedo lo deja fuera de partidos de Selección y equipo, y ahí llega una lloradilla.
-¿Cuánto ha sufrido usted por las lesiones en silencio?
-Yo he sido muy bendecido porque nunca he tenido una lesión que me deje mucho tiempo fuera, pero sí he tenido varias dolencias crónicas. Tuve un ligamento de un hombro reventado, vértebra fracturada, uno se entrena, se esfuerza. Sí es complicado sostenerse. Muchas veces uno quiere competir, pero es que la mente dice: ‘Yo quiero’, pero es que la mente no envejece, el cuerpo sí (risas).
-¿Qué situaciones han pasado?
-He tenido momentos en mi carrera donde le digo a Andrea (Salas, su esposa) que no puedo ni ponerme el bóxer porque me duele demasiado. Ya después uno aguanta el dolor, pero hay momentos en los que tiene que ver qué hace. Todos los futbolistas pasamos por eso. Uno quisiera ser un robot.
-¿Cómo está hoy?
-Yo estoy listo, estoy fuerte, me siento bien físicamente, eso da fuerza; sé que puedo entrenar sin estar condicionado a que alguien diga si puedo o no hacerlo. Cuando a uno lo dejan fuera de ejercicios por salud, es complicado. Hay un montón de factores que antes afectaban; ahora soy libre, gracias a Dios. Estoy disfrutando mucho.
“El otro día iba caminando hacia el entrenamiento y yo volví a ver al cielo y le agradecí a Dios, porque sentí esa felicidad tan grande de ser futbolista”.
-¿Había dejado de sentir esa felicidad?
-Yo había dejado de sentir esto por situaciones ajenas al fútbol, no por el deporte en sí, sino por quienes controlan el fútbol. Hubo situaciones complejas, pero sin entrar en detalles, puedo decir que me hicieron más fuerte. Uno siempre sale de ese hueco donde quieren hacerte sentir que no vales nada. El hecho de que usted esté lesionado y no pueda entrenar no significa que se le olvide lo que hace. El talento está ahí. Estar un tiempo sin hacer algo no quiere decir que no sirva para nada. El talento está, el Keylor de antes está, pero la mente es la que uno tiene que tener fuerte para pulir el diamante.
LEA MÁS: Opinión: Mis verdades al aire sobre Keylor Navas