El ambiente en el Estadio Nacional fue tan frío como la sensación térmica que se sintió. No hubo silbatina para el equipo rival, ni aplausos para la Selección de Costa Rica. Los jugadores se notaron muy relajados y la gente se asomó con cautela por las graderías.
El 7 a 0 en Belice, más la fase que se está jugando, un repechaje para ir a la Copa Oro, tuvieron al aficionado tico con una actitud reservada hacia su representativo.
La gradería que tuvo mayor cantidad de gente fue la Popular, sobre todo porque había un 2x1 que fue aceptado por los seguidores. Ellos hicieron el escándalo necesario para tener, por lapsos, un ambiente de estadio.
Aquellas noches en las que la afición de la Selección de Costa Rica coreaba la alineación quedaron para otra ocasión.
El ambiente en La Joya encontró en una comparsa ubicada en el sector este su principal aliada para calentar un poco, aunque no lo suficiente para evitar los silencios incómodos en los que ocurría lo atípico: escuchar lo que sucedía en el terreno de juego.
Fue común oír los gritos de Francisco Calvo girando instrucciones en el campo, también escuchar los reclamos al árbitro e incluso las instrucciones del entrenador mexicano de Costa Rica, Miguel Herrera, quien pidió intensidad y también exigió ofensiva.
Una bandera de México también apareció en la casa de Costa Rica, colgando en un sector, lo cual le dio colorido al escenario.
El encuentro fue tan pasivo que, en un momento, el médico de la Selección de Costa Rica se puso a hablar en la zona de banquillos de Belice con su colega del rival.
La jugada más apremiante que hizo Patrick Sequeira, arquero tico, fue un pique desde su área hasta donde estaba Jeyland Mitchell para evitar que el defensor siguiera en un conato de bronca, sobre todo pensando en que pudiera recibir una tarjeta roja en un juego tan sin gracia.
Como era esperable, los goles de Costa Rica llegaron sin mayor dificultad, mientras Belice no representó la dificultad ni siquiera de un equipo de Liga de Ascenso de Costa Rica (con todo el respeto).
El gol que le hicieron a Costa Rica despertó a la afición, porque los seguidores fueron claros en su mensaje a Alexis Gamboa con los silbidos: “Errores son imperdonables”.
Costa Rica hizo lo que debía: le pasó por encima a un adversario que ni siquiera existió, pero también quedó la sensación de que un adversario sin hacer nada hizo daño y venció al marco tico en un juego que era imposible... Bueno, casi imposible sufrir un daño.