KEYLOR NAVAS, un nombre que debería escribirse siempre en MAYÚSCULAS.
Tres Ligas de Campeones, el reconocimiento como Mejor Portero de España en la temporada 2013-2014, la nominación al Guante de Oro 2014, el premio como Portero del Año de la UEFA en 2018, el título de Mejor Arquero de la Liga de Francia 2021-2022, entre muchos otros logros, son solo pinceladas de una carrera que comenzó en la cima y allí se ha mantenido.
En Costa Rica, costará dimensionar la magnitud de lo que significa el nombre del oriundo de Pérez Zeledón. “Nadie es profeta en su propia tierra...” Y aunque aquí mucha afición admira a Keylor, lo cierto es que una parte considerable lo cuestiona; no por razones deportivas, sino por sus “formas de ser”. Y es precisamente en esas formas de ser donde radica la paradoja, porque en una sociedad donde deberían imponerse las acciones sobre las palabras, para nuestro país parece tener más peso un discurso que un gesto.
LEA MÁS: Keylor Navas le manda un mensaje a Costa Rica al figurar en el fútbol de Argentina
Es mucho menos mediático y de menor impacto (lamentablemente) el trabajo silencioso que Keylor, junto con la fundación que comparte con su esposa, Andrea Salas, realiza por Costa Rica. Poca gente sabe, por ejemplo, que Tiempos de Esperanza ha declarado una firme lucha contra la drogadicción, la agresión y otros males, utilizando un arma poderosa: dibujar sonrisas en una cancha de fútbol. Ellos brindaron a Los Guidos de Desamparados un terreno de juego que se mantiene lleno durante diez horas al día, donde la niñez encontró un espacio seguro para evitar influencias negativas.
En territorio tico, Keylor y su equipo han sembrado alegría a través de cuatro programas: Happy Kids, Esperanza Educativa, Hubs de Tecnología y Alimentando Futuros. Pero este impacto también trascendió fronteras con proyectos como AquaHope, Impulsa, Alimentando Futuros y Esperanza Educativa.
Costa Rica aún no termina de asimilar que en un pequeño barrio de Pérez Zeledón nació uno de los pocos jugadores que consiguió ser aplaudido por las aficiones rivales en Argentina. En un fútbol donde las barras visitantes no son permitidas, donde el odio hacia el adversario se transforma en violencia hasta el punto de que las camisetas contrarias son consideradas un acto de provocación en las cercanías del estadio... Navas logró que los seguidores de los rivales de Newell’s lo aplaudieran e incluso le pidieran fotografías.
Costa Rica todavía no comprende lo que significa tener un arquero de tal jerarquía que sus atajadas resuenan en todo el orbe, que a sus 38 años sigue siendo protagonista en el fútbol del país campeón del mundo y que medios de trascendencia mundial como Marca publican notas destacando su actuación.
LEA MÁS: Este es el Keylor Navas que nunca sale en las noticias
A las puertas de dos décadas como futbolista profesional, Keylor consiguió cumplir sueños propios, pero también ajenos. Ticos lloraron al verlo vestir la camiseta del Real Madrid, otros se tomaron la cabeza al verlo celebrar una Liga de Campeones, y aunque muchos lo critican en privado, cuando tiene una actuación brillante inflan el pecho y exclaman: “¡Es de mi país!”.
KEYLOR NAVAS (con mayúscula, merecidamente) consiguió, cuando muchos lo daban por acabado y retirado, levantarse como si nada hubiera pasado y demostrar su calidad como si tuviera diez años menos.
El Halcón, con Newell’s, engrandeció su posición, enloqueció a los argentinos, quienes ya lo consideran un artista del arco. Insisto en que el nombre del orgulloso hombre de Pérez Zeledón que colocó a Costa Rica en la élite futbolística por más de una década debe escribirse en mayúsculas: KEYLOR NAVAS. Nadie... Probablemente en mucho tiempo se repetirá una gesta de este calibre; cualquiera podría pensar que se trata solo de fútbol, pero las acciones silenciosas de Keylor dicen mucho más que las entrevistas que concede el guardameta.