En un cierre de película, el árbitro central, Roger Vindas, acudió a revisar la pantalla del VAR entre los reclamos de los jugadores del Herediano y Santa Ana por el gol marcado en el cierre del compromiso por Marcel Hernández, que significaba el 1-1 para los rojiamarillos.
Vindas se dirigió al monitor ubicado a un lado de la cancha. Hasta ahí, todo transcurría con normalidad. Sin embargo, futbolistas de ambos equipos invadieron la zona, cuando lo usual es permitirle al réferi decidir en soledad. Mientras tanto, los asistentes y el cuarto árbitro pedían espacio e intentaban alejar a los jugadores.
Los futbolistas discutían y se empujaban, generando un ambiente nada tranquilo para tomar una decisión tan importante en tiempo de reposición.
El preparador de porteros del Herediano, Miguel Segura, llegó a reclamar, al igual que Óscar Esteban Granados, quien se tomó la cabeza con ambas manos. Mientras tanto, Vindas, casi imperceptible entre la multitud, intentaba tomar la mejor decisión y escuchar las indicaciones a través del audífono en su oído.
La escena parecía la de un grupo de seguidores aglomerados en la Avenida Central observando un partido de la Selección Nacional o, incluso, un grupo de personas frente a un karaoke, donde todos querían cantar la misma canción al mismo tiempo.
Finalmente, el árbitro Vindas determinó que no hubo fuera de juego de Luis Ronaldo Araya ni mano de Marcel Hernández, por lo que convalidó la anotación. Así, los florenses lograron rescatar su invicto y empatar 1-1.