El Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) frenó definitivamente la construcción del Pabellón Deportivo y el Centro Acuático, dos megaproyectos en los que ya se gastaron más de ¢800 millones en permisos, estudios y el anteproyecto, entre otros gastos.
Así lo confirmó Hernán Solano, ministro de Deportes.
Desde el 2015 hasta hoy se invirtieron ¢765 millones en la planificación de la obra, sin contar un monto adicional cercano a los ¢100 millones que corresponde a los salarios de este año de los funcionarios de la Unidad Ejecutora del Icoder que trabajaron en el plan.
Para elaborar ambas obras se invertirían cerca de $38 millones (¢22.420 millones). Solo el Pabellón (un centro de entrenamiento) tendría un impacto para 1.200 atletas de alto rendimiento en ocho disciplinas (yudo, karate, esgrima, taekwondo, futsal, voleibol, baloncesto y balonmano), con un efecto adicional en la seguridad de los vecinos que rodean el Parque de la Paz, lugar donde se pretendía construir.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobó el financiamiento de un préstamo para el desarrollo de ambos inmuebles, mientras que el Pabellón Deportivo ya tenía estudios de factibilidad y la aprobación del Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Planificación (Mideplan) y la Contraloría General de la República.
Choques. Desde un principio, los proyectos impulsados por la anterior ministra Carolina Mauri chocaron con pared en las oficinas del Comité Olímpico Nacional (CON), pues su presidente, Henry Núñez, los consideró demasiado caros, lo que, según él, podría afectar las finanzas del Icoder.
Como obstáculo adicional, cuando salió a licitación pública la construcción del Pabellón Deportivo, la Unidad Ejecutora se dio cuenta de que el presupuesto elaborado inicialmente por la Universidad de Costa Rica, contratada para desarrollar el anteproyecto, se alejaba sustancialmente del precio por el que ofertaron las dos empresas concursantes.
Para ambas compañías interesadas, el costo del Pabellón superaba los $30 millones, cuando el presupuesto establecido era de $15 millones, pues es el resto del dinero del préstamo sería para realizar el centro acuático.
Este aparente fallo de cálculo obligó a reestructurar el diseño del proyecto para bajar los costos y presentarlo nuevamente ante el Consejo de Deportes, liderado por el actual ministro Hernán Solano, quien se opuso, como ya lo había hecho cuando asumió el cargo.
Con la llegada de Solano, que también es aliado del CON, la obra entró en un impasse de casi dos años, en los que la Unidad Ejecutora trató de reajustar el precio total hasta acercarse al costo preestablecido de $38 millones por ambas edificaciones, con la idea de acomodarse a sus pretensiones y seguir adelante. Al final, nada de lo presentado influyó en la decisión del ministro de Deportes.
Desde que Solano asumió este ministerio se mostró disconforme con los megaproyectos y dirigió la mirada a elaborar otra obra que se asemejaba más a su forma de pensar: unos centros deportivos en zonas rurales.
Dos años después, se tiraron a la basura los dos megaproyectos (en cuenta ¢800 millones de la fase previa) y los centros que prometió ni siquiera están en pañales, pues no se ha empezado el anteproyecto.
Se le consultó a Solano cuáles criterios técnicos evaluó para considerar que la obras eran muy caras, cuando los estudios del Ministerio de Hacienda, Mideplan y del propio BCIE lo consideraban un proyecto viable en el mediano y largo plazo.
Solano reconoció que no hizo ningún informe técnico, pero aseguró que su obligación es “cuidar los recursos públicos”, a la vez que insistió en que el departamento financiero del Icoder le hizo ver que con el pago del préstamo podría disminuir el dinero para los programas variables. La Nación no tiene ningún documento que confirme o refute dicha afirmación.
Consultado sobre la decisión del Icoder de tirar más de ¢800 millones a la basura, Solano argumentó que está resguardando no gastar una suma más alta por el pago del préstamo.
¿Cuánto dinero se gastó por año en las obras?
2015: ¢59.3 millones
2016: ¢231.1 millones
2017: ¢342.6 millones
2018: ¢117.9 millones
2019: ¢14.9 millones