El número uno del tenis masculino, el italiano Jannik Sinner, coronó su impresionante temporada 2024 en el circuito conquistando por primera vez en su carrera el Masters ATP, al superar en la final al estadounidense Taylor Fritz (5º) por 6-4 y 6-4, este domingo en Turín.
Sinner, de 23 años, suma así un decimoctavo título a su palmarés y un octavo a su balance de 2024, un año en el que levantó dos trofeos del Grand Slam (Australia y Estados Unidos) y tres Masters 1.000 (Miami, Cincinnati, Shanghái).
Se define a sí mismo como “alguien que solo intenta jugar bien al tenis”. Si no se hubiera enamorado de este deporte en la adolescencia, Jannik Sinner habría podido ser campeón de esquí alpino.
Nacido el 16 de agosto de 2021 en San Candido, en las montañas Dolomitas, se deslizó por las primeras pistas a los tres años, en esta zona limítrofe con Austria.
La familia de Sinner vive en Sesto o Sexten, en el Alto Adigio, donde el alemán es la lengua principal. Sus padres, Hanspeter como cocinero y Siglinde como camarera, trabajan en un hotel-restaurante situado encima del espectacular valle Fiscalina.
El deporte tuvo siempre un lugar importante para esta familia, que adoptó a Mark, un huérfano ruso, tres años antes del nacimiento de Jannik. Hanspeter entrenaba en el equipo de fútbol local, deporte en el que Jannik brilló pronto.
Pero no fue hasta los 13 años que el tenis, hasta entonces un mero pasatiempo para un niño cargado de energía, superó al esquí.
Jannik acababa de proclamarse campeón de Italia de eslalon gigante pero dado lo corta que es la temporada de esquí, este deporte no colmaba su sed de competición. Desarrolló entonces una pasión por el héroe local Andreas Seppi, que terminó el año 2013 en el puesto 18 del ranquin ATP, pero sobre todo, por el suizo Roger Federer.
Grande para su edad y ya con más resistencia, Sinner es rápidamente detectado como un jugador con un gran potencial, y colecciona títulos nacionales. Pero para triunfar al más alto nivel internacional debe abandonar a su familia para entrenar a más de 600 kilómetros de sus montañas en Bordighera, al borde del mar Mediterráneo.
Bajo la batuta de Riccardo Piatti, exentrenador del francés Richard Gasquet y del canadiense Milos Raonic, el adolescente se convierte en número uno mundial en categoría junior, suma sus primeros puntos ATP en 2018 y el año siguiente supera la clasificación para disputar su primer torneo de Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos.
Sinner, que en ese momento ya era muy maduro, sabe hasta dónde quiere llegar y cómo alcanzar esos objetivos.
“Mi sueño es convertirme en número uno mundial y ganar títulos de Grand Slam. Sin precipitarme”, confesó con timidez en 2019 a una televisión local, luego de su derrota en la final de un torneo Futures, la tercera división del tenis mundial, en el valle de Gardena.
Ese año ganó a los 18 años en Milán el NextGen, torneo que reúne al igual que el Masters a los mejores jugadores de menos de 21 años del año, y se instala en el top 100 con el estatus de “revelación del año”.
También en 2019 el gran público italiano conoció a este fenómeno, tras ganar su primer título, un torneo ATP 250 en Sofía. Ya entonces sedujo por su simplicidad, por su ética de trabajo... y por las zanahorias, que come en los descansos entre cambios de pista. El nacimiento de una estrella.
A comienzos de 2022, Sinner se hace un hueco en el top 20 ATP pero frustrado por sus resultados en Grand Slam pone fin a su colaboración con Piatti.
Alcanza un nuevo nivel bajo la dirección de Simone Vagnozzi y del australiano Darren Cahill, golpeando cada vez más fuerte y asfixiando a sus adversarios.
Desde noviembre de 2023 es imparable, y comienza a coleccionar nuevas cotas, como si se tratase de un alpinista: una primera final de Masters ATP en noviembre de 2023 y la victoria una semana más tarde en la Copa Davis, antes de ganar en enero de 2024 su primer título de Grand Slam en el Abierto de Australia, con el que puso fin a una sequía de 46 años para el tenis italiano.
La última cima la alcanzó en junio, alcanzando el número uno del mundo, algo nunca antes conseguido por un jugador italiano.
En Italia el público le adora, y no se le reprocha ni su residencia en Mónaco ni que se sienta más cómodo con el alemán que con el italiano. Los patrocinadores se pelean por él y le aportan $15,8 millones de ingresos anuales.
Así es como Sinner, muy cercano a su familia y poco presente en redes sociales, se ha convertido en el “hijo que todo el mundo querría tener”, según resumió el presidente de la Federación Italiana, Angelo Binaghi.
El ascenso a la cima podría hacer más dura la caída, con una caso de dopaje reabierto tras ser absuelto por las instituciones del tenis que podría apartarle de las pistas durante varios meses e incluso años.
Hace un año, Sinner había llegado a la final del Masters de final de curso, pero allí perdió ante el serbio Novak Djokovic, que domina el palmarés histórico con siete coronas pero que no tomó parte en esta edición.
El éxito de este domingo le permite sacarse aquella espina y corregir además otra anomalía, ya que hasta ahora no había logrado ganar un torneo disputado en suelo italiano.
Impulsado por los tifosi (aficionados) reunidos en el Inalpi Arena, Sinner tuvo un recorrido impecable en el “Torneo de Maestros” de este año, con cinco victorias en cinco partidos, sin perder ni un set. Eso le permitirá además recibir una prima bonificada de $4,9 millones.
En junio, Sinner se había convertido en el primer italiano en llegar al número uno del mundo en la clasificación ATP. Para poner la cereza sobre el pastel, el tenista pelirrojo tiene una última misión en este 2024, la Copa Davis que se dispone a afrontar la próxima semana en Málaga (España) y donde su país empezará ante Argentina en cuartos de final.
EE. UU. sigue esperando desde Pete Sampras
Fritz había dado la sorpresa en semifinales al derribar a un hombre en forma, el alemán Alexander Zverev (2º), pero esta vez no pudo con el juego sin fisuras de Sinner.
El californiano resistió seis juegos antes de ceder su servicio una primera vez. La presión constantes de Sinner provocó también un “break” en el quinto juego del segundo set, lo que permitió al tenista local llevarse la victoria.
Sinner concluyó la final ya en la primera bola de partido de la que dispuso, para convertirse en el primer italiano en ganar el Masters ATP.
Fritz ya había caído ante Sinner en setiembre en la final del Abierto de Estados Unidos (6-3, 6-4, 7-5) y en el inicio de esta semana en la fase de grupos de este Masters, también entonces por 6-4 y 6-4.
Con la derrota de Fritz, Estados Unidos tendrá que seguir esperando para reconquistar un torneo que ninguno de sus representantes gana desde que lo hiciera Pete Sampras en 1999.
A Fritz le quedará el consuelo de subir una posición en la clasificación ATP. Acabará el año en el puesto número 4.