Hoy tiene sobradas razones para seguir riendo.
Lo puede hacer más allá de la satisfacción de obtener un premio, pues, al fin de cuentas, es la confirmación que en aquel partido contra su destino, él va adelante en el marcador.
Nwankwo Kanu, estrella de la Selección de Nigeria, fue designado, por segunda ocasión en su carrera, el Mejor Jugador del Año en ¡frica.
Hace tres años esto era algo impensable: una infame malformación congénita en su corazón le puso de frente al retiro prematuro y a las puertas de la muerte.
Solo tenía 20 años cuando el diagnóstico, en setiembre de 1996, un mes después de ganar la medalla de oro en la Olimpiada de Atlanta, lo partió en dos.
Fue en los exámenes médicos de rigor para incorporarse al Inter de Milán cuando se le descubrió una insuficiencia valvular en la aorta, la arteria principal del cuerpo.
Un futuro promisorio pareció cerrarse.
Mas su voluntad inquebrantable, fe en Dios y pasión por la vida (para él, sinónimo de futbol) lo hicieron aceptar una peligrosa operación quirúrgica y jurar que volvería.
"Es difícil, pero en la vida uno no puede rendirse."
Así lo hizo. Solo ocho meses después de aquel diagnóstico se le declaró apto para la práctica del futbol, "sin reservas médicas de ningún tipo".
Por eso, la historia de Kanu merece recordarse.
Estrella naciente
Las Súper ¡guilas de Nigeria sobrevolaron el cielo de Atlanta con el largirucho y sonriente delantero como punta de lanza.
El Brasil de Ronaldo, primero, y la Argentina de Ariel Ortega, luego, debieron rendirse ante la nueva potencia que se adjudicó el oro olímpico.
Kanu (quien nació el 1∫ de agosto de 1976) pudo ser ingeniero, como deseaban sus progenitores, o vendedor de autos, como su padre. Pero la pasión del futbol lo arrastró.
Con solo 15 años firmó un contrato con uno de los clubes más importantes de Nigeria, el Iwuanyanwu Nationale, y llegó al equipo mayor.
En 1993 jugó la Copa Africana de Naciones, donde marcó tres goles; además, se proclamó campeón mundial sub-17 en Japón con cinco tantos y formó parte del equipo ideal.
De ahí a Europa, un paso. El Ajax lo incluyó en su programa de formación. Bastó poco tiempo para que Louis van Gaal, en ese entonces técnico de ese club, le diese campo en el primer equipo.
Con su concurso, el Ajax ganó la Champions League ante el Milán; al año siguiente llevó a Nigeria a lo más alto del futbol olímpico; el Inter de Milán adquirió su pase por $8 millones.
Entonces se le descubrió la insuficiencia cardíaca. El diagnóstico del docto Piero Volpi fue lapidario: "Si hace un esfuerzo físico puede costarle la vida".
Tras el golpe, la decisión: luchar por su vida con toda su alma.
El Inter lo respaldó... a la vez que inició un reclamo contra el Ajax porque supuestamente le ocultó información del estado de salud de Kanu.
El regreso
La Clinic Foundation de Cleveland, Ohio, Estados Unidos, es una más reputada entre aquellas que se dedican a la atención de las enfermedades cardiovasculares.
Ahí recaló Kanu en su lucha por la vida. En noviembre de 1996 los doctores le reconstruyeron, mediante una cirugía plástica, la válvula aórtica.
Fue una intervención delicada, peligrosa y casi inédita que se extendió por cinco horas.
Sorteada la cirugía inició un intenso programa de recuperación en el Centro de Rehabilitación de la Clínica de Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad de Los ¡ngeles.
El único interés era que el muchacho pudiera llevar una vida normal; mas las noticias, en enero de 1997, estaban teñidas de optimismo, pues los progresos del jugador superaban cualquier expectativa.
A pesar de sus avances, la noticia no dejó de sorprender cuando se divulgó el 2 de mayo de 1997: "Kanu puede volver a entrenarse y jugar al futbol".
Mas le quedaba una prueba más: demostrar que, efectivamente, podía. Lo logró a los pocos días de su regreso a las prácticas, en un juego de exhibición.
Paró un balón con su cuerpo y lo coló entre las piernas del portero contrario. El San Siro vibró mientras Kanu, en medio de las felicitaciones ejecutaba su danza ritual. Estaba de regreso.
"Yo no sé cómo podré agradecerle a todos los que rezaron por mí y le pidieron a Dios por mi vida. &...;l supo por eso, por esas plegarias, si debía o no ayudarme para recuperar la salud que había perdido."
Sin embargo, no encontró campo en la formación inicial. El Inter pretendía construir su proyecto a su alrededor, pero con la cardiopatía cambiaron las prioridades.
Ahora Ronaldo era el estandarte y seis interistas más, entre ellos ¡lvaro Recoba e Iván Zamorano, estaban por delante de él.
"Tengo una gran fe en mis habilidades. Quiero jugar en el Inter, sino debo hacerlo en otro lugar". Ese sitio fue Inglaterra, adonde llegó en enero para incorporarse al Arsenal.
Ahí remontó hacia el estrellato. La afición de los Gunners se le rindió, el 23 de octubre anterior, cuando anotó tres goles contra el Chelsea, en los últimos 17 minutos, para volcar un marcador de 0 a 2 en contra.
El largirucho Kanu agregó una razón más para sonreir: el miércoles la Confederación Africana de Futbol lo distinguió como el mejor de 1999, como lo había hecho en 1996.
Nwankwo Kanu dio una lección de vida gracias a su corazón sin límites.
*Fuentes consultadas: El Gráfico, agencias AFP y EFE, archivo de Rodrigo Calvo y Centro de Documentación de La Nación.