Cartago. Nisson Perea, un colombiano de la costa atlántica que encalló en la inactividad del futbol por una lesión, se encontró en Cartaginés la segunda oportunidad de volver a jugar.
Y por ironías de la vida, el delantero suramericano, quien se lesionó hace más de dos años y desde entonces no ha recuperado la regularidad, empezará a luchar por la titularidad precisamente ante el equipo en el que ha padecido sus desventuras: Alajuelense.
"Yo llegué a la Liga en 1996, por mediación de Manuel Keossian (entonces técnico manudo) y me acoplé pronto al equipo, pero me lesioné empezando el año 1997", recordó el colombiano, quien considera que aquella lesión en la rodilla derecha no se le operó a tiempo.
"Ahora me siento bien y solo me falta ritmo para estar en plenitud", dice Nisson, quien solo piensa en salir adelante y dejar atrás aquella mueca del destino.
"Soy un delantero muy veloz y con buena visión a marco. Esto lo voy a poner en beneficio de la causa brumosa, uno de los cuatro equipos grandes de Costa Rica".
Perea aclara que su salida temporal de la Liga no se debe a ningún problema, y menos con el actual técnico Guilherme Farinha.
"Yo fui quien pedí que me cedieran por esta temporada al Cartaginés, ya que soy realista y comprendí que no tendría mucha oportunidad en Alajuelense".
Aunque no tiene rencores, confiesa que le gustaría debutar en las tiendas cartaginesas haciéndole un gol a su antiguo equipo. "Ellos me conocen y yo los conozco, ninguno de las partes tiene ventajas".
"La Liga como rival es temible, es uno de los mejores equipos de nuestro país, pero junto con mis nuevos compañeros aportaré todo lo posible para ganarles aquí en Cartago".
Perea sabe que su paso por la Vieja Metrópoli es pasajero, porque fue cedido a préstamo por lo que resta de la temporada, pero quiere aprovecharlo porque esa puede ser la puerta para volverse a afianzar en la divisa rojinegra.
"Tengo un contrato hasta el 2001 y quiero, de alguna manera, reciprocar lo bien que se portaron conmigo los compañeros, directivos y la afición".
La llegada de Perea le permite a los brumosos completar una ofensiva capaz de preocupar a cualquier defensa rival.
El refuerzo de Everaldo da Costa, brasileño que llegó de Puntarenas, más los regresos de Jéwisson Bennett y el uruguayo Carlos Villarreal, hicieron olvidar las preocupaciones que tuvo el equipo en su línea de ataque, al comenzar la temporada.