Upala. Ese grito de júbilo esperó 18 años para salir de su garganta. Ayer cuando Daniel Rodríguez pasó de primero en la meta de la cuarta etapa, el festejo vino desde lo más profundo de sus entrañas.
"Imagínese: he corrido 18 veces en la Vuelta (15 completas) y esta es la primera vez que gano una etapa. Lo primero que pensé fue: 'Caray, lo logré'. Sentí la emoción, el festejo desde adentro, fue como un desahogo...", expresó el corredor instantes después de su inédita victoria en la carrera ciclística más importante del país.
El rutero, de 39 años de edad, detuvo los cronómetros en 3 horas, 5 minutos y 41 décimas luego de 131 kilómetros de Ciudad Quesada a Upala.
Además, su victoria le permitió ser el primer costarricense en llegar a la cabeza de una etapa de esta versión 2004 y darle el tercer triunfo en cuatro etapas a su equipo, Ferreterías El Mar-Video Visión A, un excelente logro para un equipo pequeño. "Ni en los pronósticos más optimistas imaginábamos esto. Queremos dar la lucha y terminar lo mejor posible. Ahora viene la contrarreloj (mañana), pero está diseñada para favorecer a dos equipos".
Felicitaciones iban y venían para Rodríguez. "¡Qué bravo, Daniel!", le dijo un corredor al vuelo, en media entrevista, mientras le palmeaba la espalda. Así pasaron muchos a darle las felicitaciones.
Solo cerca
Sí algo tiene seguro el deporte -no importa cuál sea- es que siempre ofrecerá el momento de la revancha. Aunque a veces tarde. Doce años atrás estuvo a punto de cruzar de primero la meta, pero en aquel entonces Luis Morera le arrebató el halago. Ayer la historia fue diferente.
"Fue la etapa de Golfito a Pérez Zeledón. Esa vez Morera fue más fuerte que yo. Doce años después dio la casualidad que le gané el embalaje a él", recordó este vecino de Zapote de Zarcero. "Este triunfo es la mejor recompensa".
A falta de dos kilómetros para cerrar la etapa fue cuando el hombre sintió que el primer lugar estaba a su alcance. "Me sentí fuerte, me sentí bien, el lote me dio luz verde y me jugué mis cartas.Yo conozco Upala y sabía por dónde justo tenía que atacar".
Cuando pasó la línea de meta ya sabía a quién iría dedicada esta inolvidable primera ocasión de victoria en una etapa en la Vuelta. "A mi hermano, Juan Ramón".
"Él es que me alcahuetea cuando yo ando en esto: nosotros tenemos dos lecherías y él las atiende cuando no estoy. Yo soy un ciclista aficionado todo el año: ordeño y entreno..., hay que ponerle".
Se dice fácil 18 años, pero esa espera bien valió la pena para Daniel, que ya ganó "su vuelta".