Alexander Robinson vive momentos turbulentos en su carrera deportiva, en contraste con el buen momento lo personal, según él mismo cuenta. Pese a que al futbolista del Comunicaciones de Guatemala se le vino el mundo encima, al menos en redes sociales, por críticas y burlas, el zaguero enfatiza en que eso no le afecta.
Robinson llegó hace poco a tierras chapinas, tras su salida del Saprissa, donde había sido señalado una y otra vez por aficionados en redes sociales como uno de los culpables de que el Saprissa no carburaba en el presente certamen.
Tras de cuernos, palos, en su debut en Guatemala, el tico vivió un primer partido para el olvido, porque anotó un autogol y además terminó con una fuerte lesión. Esa mala experiencia acrecentó las burlas y críticas contra el exdefensor, a quien la gente pareció quitarle de sus vitrinas los ocho cetros de campeón que posee, siete de ellos con Saprissa.
“Primero, lo que pienso es que es algo normal, esas son opiniones de la gente, se respeta y no se comparten. Uno puede respetar que no le guste a muchos, pero hay otras cosas que se pasan un poco. Los mensajes de las personas no los veo, pero a veces los periodistas se pasan y esos sí los veo, no porque quiera, sino porque son formadores de opinión y en ocasiones la gente piensa lo que el periodista dice”, afirmó.
Alexander no esconde que ese tipo de cosas suelen incomodar, pero asegura haber aprendido a digerirlas sin que tengan mayor significado para él. El problema, asegura, se da cuando el futbolista ve a otras personas sufrir por lo que él vive.
“Por dicha mi hijo tiene tres años; en esa parte gracias a Dios no tengo problemas, porque él no ve redes sociales; además de que no entiende, entonces por ahí todo bien. A los demás (familiares) les digo que eviten ese tipo de comentarios, aunque para ellos es imposible recibir solo positivos, más en mis posición, entonces yo les digo que eviten los comentarios de las personas. Sí pongo atención comentarios de periodistas, pero lo hago para ver qué opina la gente, porque los periodistas son formadores de opinión”, declaró.
“Mi mamá sí es de las que se forma opinión por el periodismo, entonces yo mismo le doy explicaciones a ella para que comprenda y no se deje llevar por esas cosas. Por ejemplo, ella llega y me dice: ‘es que aquel jugó muy mal’... Entonces yo me vuelvo y le cuento que el entrenador lo mandó a hacer eso, y lo hizo. A mí sí me afecta mucho, el hecho de ver a personas sufrir por comentarios malos hacia mí... A veces ha pasado con mi mamá, también con mi esposa”, agregó.
A hoy, Alexánder no tiene claro cuál fue la falla que lo llevó a ser de los jugadores más señalados.
Según el futbolista puede ser que le cobren alguna situación del pasado, una actuación en un clásico o una jugada en la que no pudo hacer determinado movimiento para evitar un gol en contra.
“Tal vez cometí un error cuando la gente no lo esperaba, quizás se empezó a generar mucho problema a nivel personal, pero yo dije: ‘Bueno, tal vez fue un error puntual o algo así', pero haciendo memoria sé que no fue una final, ni en un torneo nacional o internacional, quizás en el torneo pasado por el clásico, casi que dijeron que el clásico fue culpa mía que lo perdiéramos, pero bueno, eso ya son situaciones que se escapan de la mano de uno”, enfatizó.
Robinson tiene siete torneos ganados en Costa Rica y uno en Guatemala.
“Con amistades muy cercanas, me dicen: ‘¿Por qué te cuestionan tanto?’ Yo lo que digo es que la gente es libre de opinar. ¿Al final del torneo quién terminó jugando? El entrenador confía en mí, porque algo estoy haciendo bien, hago un trabajo que a él le sirve, los partidos más importantes siempre los juego, aunque sea el más criticado, siempre juego...”, pronunció.
El zaguero ha encontrado en Dios y su familia el refugio para no dejarse llevar por las críticas. Ahora decidió partir a Guatemala porque percibió que era el momento de nuevos aires.
“Fueron varios factores. El ambiente estaba pesado a nivel externo. A nivel de institución (Saprissa) me dijeron que me quedara, ellos me dijeron que era una pieza clave en la institución, pero el aficionado no lo entiende, ni los periodistas. Yo sé lo que aportaba. Yo dejé algo positivo y eso me deja tranquilo, más allá de lo de la cancha. Apareció lo de acá, que era una buena oferta, era un buen momento de cambiar el aire y a mi esposa siempre le gustó vivir acá”, resumió.
Robinson ve difícil un regreso al Saprissa, sobre todo porque es consciente de que el equipo pasa por una etapa de transición hacia nuevas figuras.