El América de Cali reina una vez más en Colombia, sus aficionados finalmente liberaron un grito contenido por 11 años y en sus rostros corren lágrimas de felicidad, como no pasaba desde aquel diciembre del 2008. Los Diablos Rojos recuperaron su grandeza, se olvidaron del descenso del 2011 y ahora solo saben festejar; el principal culpable deeste éxtasis desmedido es un costarricense: Alexandre Borges Guimaraes.
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En apenas su primer semestre al frente de La Mechita, como le llaman al cuadro americano, Guimaraes vivió su redención como estratega, rompió todas las ataduras de un club que volvió a la máxima categoría en 2016 y de la mano del tico se dejó la final ante el Atlético Júnior 2 a 0. Incluso, clasificó a la Copa Libertadores del 2020, luego de una campaña de ensueño.
Guima no sabía lo que era festejar un cetro desde el 2010 (Copa del Golfo con el Al Wasl FC de Emiratos Árabes), sin embargo, más de 36.000 fanáticos en el Pascual Guerrero le hicieron explotar y saborear las mieles de un campeonato diferente y muy especial, por esa necesidad que tenía el club.
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El nombre de Alexandre será imborrable y quedó inmortalizado en las páginas más doradas del América, siendo el primer timonel extranjero que se consagra con en esta institución. La estrella 14 de El Rojo tiene un significado muy diferente y también se festeja en Costa Rica.
El estratega mundialista en 2002 y 2006 con la Tricolor está de fiesta, celebra 25 años de carrera como todos sueñan, pero pocos pueden; con un reconocimiento a nivel internacional que lo potencia y lo pone en lo más alto. Este es el quinto trofeo que tiene en sus manos y se suma al torneo de copa que conquistó con Belén, los dos títulos con Saprissa y el del Al Wasl FC.
Eso sí, no todo fue sencillo en el camino de Guima, quien se tambaleó en el puesto a inicios de noviembre. Cinco partidos sin victoria (tres empates y dos derrotas) provocaron que llovieran críticas desde todos los sectores y se pidiera la salida de la cabeza del grupo.
La dirigencia lo mantuvo en el cargo, el vendaval pasó y finalmente todo fue sonrisas. El América culminó segundo en la fase regular (igualado en puntos que el Altético Nacional, pero con menor diferencia de gol), se dejó su cuadrangular y en la hora decisiva arrodilló al bicampeón cafetero, el Atlético Júnior.
Las amarguras se las llevó el tiempo y ahora nadie es capaz de cuestionar al flamante entrenador de los Diablos Rojos. Por el contrario, los fanáticos corean a su técnico y los medios de comunicación se enfocan en resaltar las virtudes del tico para armar un plantel sólido, acoplarse de inmediato y acabar con la dura sequía.
En Caracol Radio señalo como un “acierto de la directiva del América” el fichaje de Guimaraes y la forma en la que lo respaldaron. Así mismo, en la narración del choque destacaron la capacidad del tipo para “plantear los juegos y plasmar su idea”.
Manejo impecable
El América de Cali no pasó el más mínimo apuro en el juego de vuelta de la final de la Liga Dimayor, ante el Atlético Júnior (0 a 0 en la ida). La estrategia de Alexandre Guimaraes se ejecutó casi a la perfección y en apenas 33 minutos los Diablos Rojos tenían el cetro en el bolsillo.
El primer tanto cayó en el 19, luego de un centro potente de Duban Vergara, que conectó de cabeza Michael Rangel, se estrelló en el horizontal y terminó en el fondo de las redes tras pegar en la espalda del arquero Sabastiían Viera. En el 33′ llegó el segundo festejo que desató la locura.
Carlos Sierra puso su pierna para definir con el marco abierto y a partir de ese momento el Júnior no tuvo nada que hacer. Guimaraes cerró filas en el complemento, replegó al equipo y cuidó el resultado hasta que finalmente concretó la proeza por la que el América esperó 11 años.