Anllel Porras no esconde la realidad que vivió en el pueblo llamado Malacatán, en el que en el último mes tuvo electricidad a ratos y además poca agua. Sin embargo, es feliz, el futbolista es claro en que las circunstancias fuera del campo son solo eso y él disfruta en el terreno de juego en esta aventura en Guatemala.
Porras se acostumbró a cargar su celular en horas específicas, además de aguantar el constante bochorno que hay en esa localidad chapina, sobre todo en horas de la noche.
Bañarse con agua caliente, poder observar una película en su computadora o simplemente mirar televisión son actividades que el costarricense dejó de hacer... No porque quería, sino porque lass circunstancias de vida lo obligaron.
“Uno aprende a valorar cosas que en Costa Rica son normales”, valoró.
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En ocasiones, revela que no se pudo comunicar con su familia porque no consiguió cargar su móvil a tiempo y también el aburrimiento le ganó la batalla.
“En el pueblo de Malacatán hubo un problema en la parte social y eso afectó la electricidad... Al final llevamos más de un mes sin electricidad y eso nos ha complicado ya que aquí hace mucho calor; esto también afectó el suministro de agua. También a veces teníamos doble sesión de entrenamiento y pues no podíamos ir en la tarde porque no había luz”, describió.
Porras añadió que él ha vivido en un hotel, sin embargo ahí tampoco consiguieron solución y tuvieron que recurrir a plantas privadas que tenían un horario de funcionamiento.
Alimentarse no fue problema para el exartillero del Saprissa, quien confesó que por dicha se cocina con gas porque él necesita estarse alimentando constantemente.
“En el restaurante no hay problema gracias a Dios porque yo soy bien comelón (risas), sin embargo, por ejemplo para cargar el celular tiene que ser cuando ponen la planta, que es de 7 a. m. a 12 m. y en la noche de 7 p. m. a 10 p. m.”, mencionó.
El hambre también la solucionó visitando la localidad mexicana de Tapachula en la que consigue barritas energéticas, atunes y otros alimentos.
“Yo de cocinar no soy, si acaso he arreglado un par de atunes en lo que llevo de estar acá, pero siempre tengo algo para estar comiendo”, confesó riendo.
“Desde pequeño yo me acostumbré a comer de todo, muchas veces uno no come cosas por miedo a probar, pero el que desde pequeño viene de una familia humilde y sabe que es lo que hay y no lo que quiere, se acostumbra a comer todo”, acotó.
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Anllel reveló que en la última semana se reguló el servicio por un acuerdo entre la municipalidad local y el ente que brinda la electricidad, no obstante es una solución momentánea y no definitiva.
Pese a estas situaciones el exariete de la UCR se siente agradecido con el fútbol porque le permite volver a sonreír con la pelota, luego de los amargos momentos que pasó por lesiones, como en 2014, cuando se le detectó el desprendimiento de más del 50% del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda.
“Me vine buscando algo nuevo. Yo sabía que venía a una experiencia que no es sencilla, porque tenía que adaptarme a no estar solo, entre otras cosas. Toda la gente que me ha rodeado ha sido excelente y me siento a gusto en todo sentido. Solo le pido a Dios que me ayude y proteja tanto fuera y sobre todo dentro de la cancha”, expresó.
¿Temor de pasar nuevamente por una dolencia complicada? Asegura que siempre hay, pero es algo con la que ha aprendido a vivir.
“Siempre está latente después de todo lo que he vivido, entonces eso siempre está hí. Sé las circunstancias que pueden pasar, entonces me cuido bastante con suplementos y demás para fortalecer la rodilla”, agregó.
Por esta razón es que cuando Porras termina de entrenar siempre pasa media hora más en el gimnasio realizando una rutina para trabajar la parte muscular.
En el último equipo que estuvo en territorio nacional fue el de los académicos, en el que no terminó de encontrar su mejor versión.
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El certamen chapín le permitió al jugador reencontrarse con la anotación y ya suma cinco celebraciones en ocho cotejos.
“Yo no mi iría de acá por nada del mundo, le voy a decir mi razón: la directiva ha cumplido con el salario, yo no tengo queja, todos acá me han tratado muy bien. El equipo está en una posición muy incómoda, por lo del descenso, y yo quiero ayudarles”, finalizó el ariete que firmó con Malacateco por este torneo.
En este plantel también está el exbrumoso Andrés Lezcano y es dirigido por Rónald la Bala Gómez. Esta escuadra está con 34 unidades de la tabla acumulada, en el antepenúltimo lugar, a seis del penúltimo puesto y siete del último. En Guatemala descienden los últimos dos.
Pedro Mijangos, periodista chapín: 'El municipio de Malacatán tiene una deuda importante con la empresa que da el servicio'
En esta localidad se viven problemas con el fluido eléctrico debido a que el municipio de Malacatán tiene una deuda bastante importante, cercana a los $2 millones, con la empresa que brinda el servicio, la cual se llama Energuate.
Malacatán pertenece a San Marcos y está muy cerca de la frontera con México, por lo que es una zona muy caliente y en la que el suministro de agua y el uso de ventiladores y aire acondicionado es indispensable.
En los últimos 30 días se pasaron momentos bastante complicados, porque ni siquiera los hoteles tenían luz y había que recurrir a plantas privadas para enfriar el agua y cargar los teléfonos.
En la actualidad se llegó a un acuerdo temporal con la compañía para brindar el servicio por un mes y medio, pero con la exigencia de que se pague el monto adeudado.
La situación en este sector llegó a ser bastante fuerte al punto de que los vecinos del municipio bloquearon calles pidiendo que el servicio volviera a funcional... Al final al menos se consiguió una solución momentánea.
Pedro Mijangos es redactor del periódico Nuestro Diario.