Gilberto El Tuma Martínez habla con un tono de voz relajado; está de vacaciones en alguna parte de Europa, lejos de su casa en Roma, Italia. De fondo se escuchan las risas y uno que otro grito de "Gilbertillo", como él mismo le dice a su pequeño de tres años.
Con 38 años y 18 de carrera como futbolista, en el inicio de la conversación, el Tuma da la primera noticia: ‘Diay, qué le digo, yo llevo en mi sangre el fútbol, pero soy realista, yo mejengueo y todo, pero ya me retiré’, confiesa.
El debut profesional del Tuma se dio en enero del 2000, en una victoria de Saprissa sobre Limón.
El aguerrido futbolista no quiere partidos de despedida, tampoco extraña los campeonatos, aunque solo logró una Serie B con el Brescia en 2010 y una Copa Italia con la Roma en 2006, pero en esta última no jugó.
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En 2016, Martínez tuvo su última aventura profesional, sin embargo, él ya era consciente de que la cuerda se estaba acabando. El zaguero militó en el Audace Cerignola de la quinta división.
Ahí llegó para no perder la costumbre del juego que se convirtió en su oficio, ese que asegura lleva en la sangre y cuando ve a la Selección Nacional todavía le toca las venas para provocar un sentimiento incontrolable por meterse al campo.
Martínez fue el futbolista costarricense con más proyección en la primera década de los años 2000, al punto que solo jugó dos años en Costa Rica y antes de la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002 ya su ficha pertenecía al Brescia italiano.
Su potencia, rapidez y buena técnica provocaron que en su primera temporada en la Serie A impresionara a propios y extraños; así llamó la atención del equipo más poderoso del orbe: el Real Madrid.
Sí, Gilberto Martínez Vidal, oriundo de Pérez Zeledón, estuvo muy cerca de vestirse de blanco en 2004, según sus propias palabras.
“Lamentablemente, de los 20 a los 27 años yo no fui consciente de cuánto podía dar. Con el tiempo me di cuenta que yo podía dar mucho más, pero estaba tranquilo porque con poquito me alcanzaba para destacar. Lo de la Roma me pegó (él estuvo en la Roma una temporada, pero no jugó por lesión), pero hubo un momento más grande que se salió de mis manos”, confesó.
De una vez en la conversación con La Nación saltó la pregunta: ¿Hubo un equipo más grande que lo buscó en algún momento?
-“Sí, cuando estuve en el Brescia estuve a un paso a través de Arrigo Sacchi, quien era el gerente deportivo del Real, pues estuve muy cerca de llegar al Madrid, al final pesó un precio muy alto que pusieron y no se llegó a ningún acuerdo”, reveló.
En el momento, Tuma no le quedó más que resignarse por no poder ser compañero de figuras como Roberto Carlos, Ronaldo e Iker Casillas.
La ilusión por brillar en Europa pudo más y el golpe anímico no fue tan fuerte.
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“Al final yo estuve tranquilo, porque era el primer año, yo estaba feliz de estar en Italia porque cumplía un sueño, porque en los tiempos que salí era solo Chope, la Bala y Medford los que jugaban afuera. Me llenó de orgullo que el Real se fijara en mí, si al final no se dio, pues no se dio”, expresó.
Gilberto estuvo de 2002 a 2006 en el Brescia, ahí se consolidó y continuó destacando. Luego llegó la etapa más complicada de su carrera: los problemas de su rodilla izquierda le provocaron tres años de sufrimiento y frustraciones; también esa misma articulación le quitó el chance más grande: jugar en la Roma de Italia.
En el club de la capital, la experiencia no le entregó minutos en cancha, sin embargo sí le permitió madurar como persona y aprender una valiosa lección del gran Franceso Totti.
“Un día estaba yo un poco decaído y él me agarró y me dijo: los grandes jugadores tienen presión siempre, por eso son grandes futbolistas, quien no la supera pues no lo es. De esta va a salir algún día”, recordó.
El paso por la Selección Nacional dejó al Tuma conforme, no obstante no esconde que hay dos sinsabores en su recorrido.
En su hoja de vida tiene dos mundiales: el de 2002 y el de 2006, pero hay una espinita que todavía hoy recuerda.
De cara al Mundial de Sudáfrica, el defensor fue descartado del proceso por una discusión con el entonces presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Eduardo Li.
El Tuma pedía mejores condiciones para los legionarios, sobre todo a la hora de viajar a Costa Rica para hacerle frente a los duelos eliminatorios.
“La última vez una de las grandes discusiones era con el señor Li, porque él decía que los jugadores tenían que ir en clase económica en el avión y eso es muy complicado porque son 16 horas de vuelo. Uno era el que después conseguía los resultados y ellos al final se echaban la plata”, mencionó.
De cara a la histórica cita de Brasil 2014 fue Jorge Luis Pinto el que le sacó de la Nacional; el Tuma entendió el mensaje y prefirió no entrar en polémicas.
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La última vez que vistió la Roja fue para un microciclo en 2012, en el que estuvieron futbolistas que militaban en el torneo nacional.
Del combinado Tricolor, Gilberto se queda con el recuerdo de los mundiales y ahora disfruta como un aficionado más. No considera ni que él le quedara debiendo a la Sele y tampoco la Sele tiene alguna deuda con él.
“Hoy la Selección tiene un proceso importantísimo, pero el Mundial de Rusia será muy diferente al de Brasil porque tendrán otras dificultades. A los europeos en Brasil les pasó factura la temperatura, esto no va a pasar ahora”, explicó.
Proyecto ambicioso. Luego de pasar la página del balompié profesional, el generaleño no se quiere salir por completo del fútbol y ahora va por su propio equipo.
El exjugador del Saprissa junto a otros tres socios, exjugadores italianos, se puso el objetivo de adquirir un plantel y están cerca de cerrar el trato para dejarse un plantel de la tercera división.
“Todo se dio por medio de la asociación de jugadores. Tenemos un proyecto a largo plazo porque es un equipo pequeño que uno adquiere y lo tiene que ir haciendo crecer, es algo que me ilusiona. Ahorita por una cuestión de burocracia estamos un poco lento, estamos en la etapa de papeleo, luego sigue la parte legal y ya después el pago”, dijo.
El cuadro es del sector norte de Italia y parte de la motivación por tenerlo se dio gracias a los estudios que realizó en administración deportiva y dirección técnica.
“Yo sé que siempre he estado quitado para lo de ser técnico, pero al final me decidí y saqué todas las versiones de la licencia. De hecho, ya puedo dirigir en Serie A y a una Selección Nacional. Ahí hablamos de la idea con otros colegas y ahora la estamos concretando”, pronunció.
Así inicia la carrera de Martínez fuera de la cancha; en la que sueña en un futuro asumir el banquillo de la Selección.
Clubes en la carrera del Tuma
- Saprissa
- Brescia
- Roma
- Sampdoria
- Lecce
- Monza
- Nardó
- Audace Cerignola
El Tuma JR quiebra todos los adornos de la casa con la bola
Gilberto Martínez se considera en la mejor etapa de su vida lejos de una cancha de fútbol, debido a que su felicidad depende de su pequeño Gilberto y su esposa Priscilla Solano.
El Tuma Junior tiene tres años y es un enamorado de la bola.
“¡Nombres! si ya ni tengo adornos en la casa porque este pasa quebrándome todo, no puede ver una bola porque se vuelve loco. Mi esposa Priscilla ni puede a veces pararlo cuando yo estoy jugando porque se quiere ir a meter a la cancha conmigo”, contó entre risas.
La llegada de su primogénito es vista como un milagro tanto para él como su compañera de vida.
“Es la etapa más linda de mi vida. Nosotros hace un tiempo perdimos a nuestra pequeña Valentina cuando ella apenas tenía ocho meses, desde ese día espero con ansias cuando el Señor nos llame a verla, pero Gilbertito es un milagro del Señor porque los médicos decían que era muy difícil volver a quedar embarazados y al final porque Dios lo quiso se dio. Tengo un hijo que en un mes cumple cuatro años, él habla en inglés, italiano y español”, comunicó .
Sobre si será o no jugador, el Tuma es claro:
“Como dijo Batistuta: “Este no tiene hambre”, en el sentido de que no necesita. Yo no le pongo presión; si le gusta, bien, y sino pues tranquilidad”, concluyó.